Los tres consejeros del PP son muy libres de destinar una parte de sus ingresos (o su totalidad) a una ONG, e incluso podrán desgravar hasta un 10% de su base liquidable, lo que unido a las retenciones que les aplique el Cabildo, reportará probablemente algún beneficio fiscal a políticos tan generosos. Pero, si por un casual, sus respectivos asesores fiscales les recomendaran otra fórmula que evitara que ese incremento salarial les acarree efectos colaterales delicados en lo personal, que se olviden de reclamar al Cabildo que les retraiga esa cantidad y que sea la institución la que la ingrese en una ONG, porque para eso habría que hacer una modificación presupuestaria. Un viaje para el que no eran precisas estas alforjas. Quedamos a la espera de noticias que aclaren cómo se van a hacer estas donaciones y la identidad de la ONG afortunada, dado que lo han puesto en conocimiento del público expectante para sacar rédito político. Porque mucho nos tememos que, cuando pase el hervor, los tres consejeros se lo gastarán en lo que deseen, como hacen todos los asalariados de este país sin emitir un comunicado caritativo.