Era fácil de imaginar: la crisis del PP de Santa Brígida no ha quedado cerrada, ni mucho menos, y si alguien pensaba que Carmelo Vega no iba a plantear batalla, estaba muy equivocado. Él no calculó bien, es cierto, y creyó a los que le dijeron que una moción de censura contra él habría prosperado. Era mentira. Pero como es un hombre socarrón, con cultura muy básica pero con colmillo fino, fue poco a poco preparando el echadero a sus ex compañeros del PP. Ya están en las redacciones de algunos medios de comunicación unas excitantes cintas magnetofónicas grabadas por el ex alcalde de Santa Brígida que muestran a las claras lo duro que es hacer política en Canarias. Y nada les decimos de hacerla dentro del PP.