Nos quejamos de vicio: tenemos una televisión pública autonómica capaz de las más fastuosas hazañas, de potenciar a las productoras peninsulares y hundir a las locales; de hacer los informativos más manipulados y sectarios de la historia de las Islas; de producir programas abominables que nos retratan malamente como pueblo. Y de justificarlo todo en base a la audiencia y a la cuenta de resultados de los amigos del régimen. Pero también tiene la tele autonómica canaria su faz amable y hasta cultural. Este miércoles nos hemos enterado de que con el dinero de ese ente se ha restaurado una obra de arte instalada en la Rambla General Franco (con perdón) de Santa Cruz de Tenerife, El Guerrero de Gosstar, de Henry Moore (1973). Las buenas relaciones entre Willy García y la concejal Ángela Mena han obrado el milagro por el que Televisión Canaria ha pagado la restauración y pagará la limpieza de la escultura dos veces al año.