El alcalde de Santa Cruz, Miguel Zerolo, se defiende como puede, y utiliza los medios que tiene a su alcance. Este domingo publicó un emotivo artículo de ataque a la prensa canariona en el periódico El Día utilizando como título un verso del poeta gomero Pedro García Cabrera: “Un día habrá una isla que no sea silencio amordazado”. Tiene mucha guasa el verso elegido, porque lo asume un alcalde que mantiene viva en su ciudad la ignominia que amordozó al poeta socialista: los nombres franquistas de avenidas, ramblas, calles y hasta estatuas monumentales. Fuerte caradura. Cuánto cinismo. Ahora resultará que el ideólogo de la República Federal Canaria resucitará los Principios Fundamentales del Movimiento para cuando seamos libres. Pero hay algo todavía peor: la prensa tinerfeña sigue amordazada, particularmente por él.