Adán Martín, mientras tanto, calla y otorga. Lo único que quiere es acabar sin muchos sobresaltos esta legislatura y pasar a la historia como un presidente que, al menos, hizo lo que pudo. Sus opiniones sobre estos pactos no se conocen, y hasta se dice que se conforma con que se marchen los del PP, entren los del PSOE, y a él, que lo registren. El verdadero vigía tinerfeño del pacto con Mauricio y con Soria es Miguel Zerolo, alcalde de Santa Cruz, que ha ido tejiendo junto a ambos toda la estructura de los acuerdos de futuro, empezando por la Televisión Canaria, su verdadera obsesión desde hace tiempo. Zerolo tiene ya las garantías de sus interlocutores de que al frente del medio público va una persona de su confianza, y no tiene por qué ser Jorge Bethencourt.