José Enrique Ruiz-Domènec: “El europeo está condicionado por su historia, pero no la conoce”
MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
“El europeo está condicionado por su historia, pero no la conoce”, afirma el historiador José Enrique Ruiz-Domènec, que acaba de publicar 'Europa. Las claves de su historia' (RBA), un ensayo en el que reflexiona sobre la idea de Europa a lo largo de su existencia y los pilares que la sustentan, como las raíces cristianas, la cultura o el espíritu científico.
En el libro, Ruiz-Domènec aboga por situar el estudio detallado de la historia “en el centro de la educación del siglo XXI” como mejor forma de “afrontar el futuro”. “Los países ejes que marcan Europa, es decir, Francia, Alemania, Gran Bretaña e incluso Italia tienen la Historia como un elemento estructural”, justificó a Europa Press.
“Estos países están muy convencidos en sus instituciones públicas y privadas de que la investigación de base de ideas es tan importante o más que la investigación aplicada y que la literatura, historia o filosofía tienen que estar a la altura de la física, la genética o biología”, explicó.
Para este historiador “los países que sólo se interesan por la tecnología de aplicación, que es un poco la tendencia de España, tienen un escaso porvenir y terminarán siendo una colonia de ideas de otros”. Ruiz-Domènec también alerta que España podría no tener “suficiente tejido pedagógico” para soportar los criterios de una enseñanza superior que se está imponiendo en Europa.
COMPORTAMIENTO E HISTORIA
El historiador insiste en la idea y aún más cuando se trata de Europa, porque cree que “la mayoría de los ciudadanos no entiende lo que es Europa, incluso piensan que Europa es el Occidente”. “No son sinónimos, Europa es una idea mucho más compleja, rica y transversal que el Occidente”, matizó, recordando que “la separación entre Europa y Estados Unidos”, ambos pertenecientes al Occidente, “es cada vez mayor”.
El autor declaró que “muchas maneras de comportarse dependen de la historia” pero que “lo más terrible es que dependen de una historia que desconocemos”. “El europeo está condicionado por su historia, pero tiene duda sobre su futuro porque no sabe cuál es el peso de la historia en ese futuro y no entiende muy bien algunas de las pasiones que tienen origen histórica, como el deporte”, argumentó.
El deporte y las manifestaciones culturales, como la literatura, el teatro o el cine, son descritos junto a los hechos históricos narrados en el libro. “Todo es historia”, sentenció el autor, quien cree que no se puede disociar estos elementos del estudio historiográfico, así como la influencia de la informática y los medios de comunicación. “Lo digo con pena, pero los profesores no están preparados para enseñar la historia de esa manera”, apostilló.
La técnica de describir la historia de una manera que “pueda leer un taxista o un sesudo profesor universitario” (“que encontrarán cosas diferentes en el texto”) forma parte de la metodología de la 'Nueva Historia', que Ruiz-Domènec aprendió en los años 70 con su maestro Georges Duby.
INTEGRACIÓN CULTURAL
Único representante español en la comisión de historiadores de la Unión Europea que preside Eric Hobsbawn, Ruiz-Domènec afirmó que, desde el punto de vista de la historia, “España no ha diseñado una estrategia a seguir en la presidencia de la Unión Europea”.
“La experiencia de España es muy rica en los fenómenos de integración cultural y social, de encuentros y desencuentros. Todo eso hubiera permitido un gran debate, pero para ello se hubiera necesitado comisiones de trabajo antes de la llegada a la Presidencia”, lamentó el historiador, quien cree que se va a “desaprovechar una ocasión magnífica” a este respecto.
En ese sentido, en el libro, Ruiz-Domènec afirma que en 2010 una tercera parte de la población europea habrá nacido fuera del continente. “La inmigración masiva es un problema que viene del futuro y no del pasado, aunque tenga orígenes en él. Pero cuanto más avance Europa, más habrá, y en España es como todo muy improvisado respecto a este tema, lo que es muy peligroso”, advirtió.
El historiador declaró que este “fenómeno irreversible” necesita “una formación de especialistas” para debatir el tema “en profundidad” y “más allá de las tertulias”, lo que “sólo es posible” con el incremento a la investigación histórica. “Como ciudadano, me preocupa la deriva de mi país, sobre todo porque no está entendiendo las mensajes que les lanza la comunidad islámica”, concluyó.