La mirada “discreta” de un pintor “tímido y reservado”
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
El realismo de la obra de Henri Fantin-Latour (Grenoble, 1836-Buré, 1904) unida a los sentimientos se dan cita desde mañana en el Museo Thyssen-Bornemisza, que acogerá hasta el próximo 10 de enero la primera exposición monográfica en España dedicada al artista francés. La “obra discreta” de este pintor “tímido y reservado” incluye retratos, naturalezas muertas y alegorías, un total de 70 piezas procedentes de colecciones privadas y de museos como el d'Orsay y el de Grenoble.
Vincent Pomarède, conservador del Museo del Louvre, es el comisario de esta exposición, organizada en colaboración con la Fundaçao Calouste Gulbenkian de Lisboa, que viaja a España después de haber pasado por Portugal. El acto de presentación contó con la baronesa Thyssen, Carmen Cervera, quien destacó su “gran entusiasmo” hacia este pintor.
Al igual que ocurre en Francia con Fantin-Latour, según destacó Pomarède, al pintor “hay que ir a buscarlo” porque no representa una pintura que “nos llame”, como detalló el conservador-jefe del Thyssen, Guillermo Solana. Pese a sus relaciones de amistad con los impresionistas, se negó a exponer con ellos.
La “calidad extraordinaria” de su obra podrá contemplarse ahora en Madrid, con una muestra que da a conocer a “una figura ilustre y desconocida”, que creó “exquisitas naturalezas muertas” o “retratos íntimos y silenciosos”. “Quiso hacer un realismo muy poderoso pero, a la vez, mostrando los sentimientos”, dijo el comisario.
Toda la carrera del artista galo podrá verse a través de sus pinturas, dibujos y grabados. Destacan los retratos colectivos de familiares y amigos, interiores con naturalezas muertas o las alegorías y fantasías musicales.
LITERATURA Y MÚSICA
“Le gustaba la literatura y la música; adoraba a Wagner y en su pintura se interesó por mantener la correspondencia entre las dos artes, evocando el ritmo musical”, precisó Pomarède, sobre un pintor que deja al espectador “impregnarse del silencio de sus retratos, para adentrarse después en el apasionamiento de los retratados”.
En la muestra, que la baronesa mostró minutos antes de la presentación a la prensa a la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde (con quien estuvo en la reunión del Patronato celebrada con anterioridad), podrá descubrirse una obra artística quizá “eclipsada” por otros nombres de la modernidad.
En la exposición, que se presenta con un doble criterio cronológico y temático a lo largo de siete capítulos, están sus autorretratos, obras de su etapa como copista en el Louvre, la representación de flores y frutas que tanto éxito tuvieron en Inglaterra, retratos íntimos, obras tardías o las adaptaciones musicales que anunciaban sus convicciones simbólicas.
GRAN PÚBLICO
En 1910, la obra de Fantin Latour abandonaba progresivamente el reducto íntimo de los cultos aficionados para extenderse al gran público. El pintor, que atrajo la atención de Baudelaire, Huysmans, Proust y Claudel, se centró en el retrato, la naturaleza muerta y las escenas líricas inspiradas en la ópera.
La obra de este pintor “absolutamente personal, diferente, discreto y provocador a la vez, clásico e innovador”, en palabras del comisario, debe apreciarse como algo que ha madurado y progresado “en otro lugar”.
“Naturalismo y música, sin duda los dos pilares de la obra de Henri Fantin-Latour, explican por sí solos el camino angosto y personal que tomaría el pintor. A pesar de todo, para entender mejor su trayectoria artística conviene recordar que Fantin-Latour fue, ante todo, un artista completamente identificado con la corriente realista”.
Fantin-Latour se formó como pintor en París. Durante un mes trabajó en la 'Escuela del Realismo' de Courbet, pero sus enseñanzas las extrajo, sobre todo, del Louvre. Además de su trabajo como copista de Tiziano o Veronés, el artista participó en 1863 en el Salón de los Rechazados de París y en 1864 expuso el 'Homenaje a Delacroix', el primero de sus retratos de grupo con escritores, pintores y músicos.