El plenario del CoNCA dimite en bloque por su oposición a las 'leyes ómnibus'
BARCELONA, 7 (EUROPA PRESS)
El plenario del Consell Nacional de la Cultura i de les Arts (CoNCA), encabezado por su presidente, Francesc Guardans, ha renunciado a su cargo en oposición a las 'leyes ómnibus' impulsada por el Govern, al considerarlas una “involución política y cultural”.
Junto con Guardans, también dimiten Xavier Antich, Sílvia Munt, Rosa Vergés, Chantal Grande, Marta Oliveres, Manel Camp, Jordi Coca, Manuel Forcano y Juli Capella, aunque se mantiene en el cargo la vicepresidenta, Pilar Parcerisas.
El CoNCA nació en 2008 con el objetivo de alejar la creatividad cultural y artística de los criterios partidistas, pero sus miembros y gran parte del sector cultural se han manifestado en los últimos meses al considerar que se ha desnaturalizado su función con las 'leyes ómnibus'.
Según el comunicado en el que han informado de su renuncia, los miembros del plenario acusan a la Generalitat de una “recentralización política y administrativa”, porque devuelve todo el poder de las políticas culturales a la Conselleria de Cultura.
Para el CoNCA la reforma no se basa en criterios de eficiencia y aporta menos garantías de transparencia y objetividad: “Esto aún es más evidente cuando la Conselleria no tiene previsto incluir por ahora el Institut Català de les Indústries Culturals (ICIC) --que otorga 42 millones de euros en subvenciones-- dentro de la llamada 'ventanilla única”.
Los miembros del plenario han recordado que han dialogado con todas las instancias posibles, pero han decidido dimitir en vista de que ni el Govern modificará sus intenciones, y que los representantes políticos que defienden el anterior modelo en el Parlament no constituyen una mayoría suficiente para que el proyecto de ley no prospere.
Para los firmantes del documento, la ley “vacía la institución de contenidos fundamentales y lo convierte en un organismo irrelevante”.
El CoNCA nació para evitar el dirigismo cultural partidista, para dar apoyo a la creatividad y desligarla de las problemáticas de las industrias culturales y para que las políticas culturales tuvieran continuidad más allá de los cambios de legislatura.
