Treinta años sin 'el Rey'
El periodista sevillano Javier Márquez, autor de la recién publicada biografía de Elvis Presley Elvis. Corazón solitario (Almuzara), dijo a EFE, un día antes de que se cumpla el treinta aniversario de su muerte, mañana, que para el músico “la vida sólo tenía sentido cantando para los demás”.
Con esa afirmación descarta Márquez la leyenda de que Elvis hubiera seguido vivo tras la noticia de su muerte: “Su muerte supuso un shock, y a muchos le costó aceptarla; en Estados Unidos han visto a Elvis en todas partes desde 1977, pero si Elvis viviese hoy, lo sabríamos, porque no podría permanecer en el anonimato; Elvis no hubiera podido vivir treinta años sin cantar para los demás”.
“Elvis fue muy importante para varias generaciones de estadounidenses, que se identificaban plenamente con él; lo consideran un patrimonio nacional”, añadió el periodista sevillano, quien confesó que se enfrentó a esta biografía cuando comprobó que en español no había ninguna disponible que fuese rigurosa.
Márquez recordó las palabras de John Lennon, que aseguró que “antes de Elvis no había nada”, porque “antes que él triunfaron Little Richard y otros rockeros, pero ninguno tuvo su popularidad ni desde luego su repercusión”, además de que “el gran logro de Elvis fue combinar el rhythm&blues negro y el country blanco”.
“De este modo, los jóvenes blancos, acostumbrados a sonidos más suaves, descubrieron una música torrencial, contagiosa, que animaba a un baile muy sensual, cargado de erotismo; eso le valió a Elvis la condena de los padres de América, y con ello, se convirtió en el primer artista en hacer de la música popular, del rock'n'roll, ese vehículo de rebeldía, de oposición a lo establecido”, añadió.
Márquez aseguró que Elvis “fue mucho más que el rey del rock'”, porque fue también “un vocalista impecable que se movía con brillantez”.
“Creo que su mejor etapa musical no fueron los 50, sino la que va desde su especial del regreso en 1968 hasta el concierto vía satélite en Hawai, en 1973, en esos años la voz de Elvis tiene un vigor increíble, realiza estupendos trabajos en terrenos de soul, gospel e incluso country y sobre todo añade más personalidad a sus canciones”, señaló Márquez.
Su nuevo biógrafo recordó que “a partir del 68 empieza a cantar canciones con mensajes sociales, como If I can dream o In the ghetto, y además se convierte en uno de los primeros artistas en dedicar canciones a uno de los nuevos problemas de la sociedad estadounidense, como el divorcio”.
Ese cambio se debió a vicisitudes de su propia generación, explicó Márquez, ya que “los mismos adolescentes que bailaban y se rebelaban contra sus padres en los 50 al ritmo de Elvis sufrieron después el drama de la ruptura familiar, y Elvis, que lo sufrió personalmente, abordó el tema en numerosas canciones.”
El problema del cantante con las drogas, constató Márquez, se inició en su servicio militar, cuando un superior le proporcionó pastillas para que aguantara mejor el sueño durante las guardias, y “a partir de entonces, el cantante va iniciar un consumo cada vez más importante, primero a causa de su persistente insomnio, y luego por su crisis espiritual”.
No obstante, Elvis “nunca se consideró un drogadicto, es más, no permitía que los que le rodeaban ni siquiera fumasen marihuana.”
Con su biografía, concluyó Márquez, ha intentado también “desmitificar al mito”, es decir, “dejar a un lado los lugares comunes que suelen comentarse una y otra vez para profundizar en su personalidad, en su historia, en sus sentimientos, y en cómo todo esto influyó en su trabajo.”