La UE aumenta la duración de los derechos de autor de los músicos
BRUSELAS, 12 (EUROPA PRESS)
Los países de la UE han dado este lunes su aprobación final a la norma que amplia de 50 a 70 años el plazo de protección de los derechos de autor de los intérpretes con el objetivo de que músicos y cantantes puedan seguir recibiendo durante su jubilación ingresos cada vez que se reproduzcan sus obras.
Los Estados miembros disponen ahora de un plazo de dos años para incorporar esta reforma a sus respectivas legislaciones nacionales.
“Con el aumento de la esperanza de vida, la anterior protección de 50 años era claramente insuficiente. Pese a que su música y sus canciones siguen siendo populares, hoy muchos intérpretes se quedan sin ingresos durante su vejez”, ha señalado el comisario de Mercado Interior, Michel Barnier.
“El aumento a 70 años significa que los intérpretes seguirán recibiendo remuneración cuando su música suene una vez que se hayan retirado”, se ha felicitado.
La directiva prevé además medidas para garantizar que los artistas que hayan trasferido sus derechos exclusivos a productores discográficos puedan beneficiarse de la extensión y puedan recuperar sus derechos en ciertas condiciones.
Artistas como Paul McCartney y Cliff Richard llevan años haciendo campaña para prolongar los derechos de autor en la música en Europa, ya que la protección de 50 años sobre su música podría expirar incluso durante su vida.
Esta decisión podría ofrecer ingresos extra por derechos de autor a las cuatro grandes discográficas (Universal, Sony, Warner y EMI) en un momento en el que las ventas mundiales de música han caído en el último año un 9 por ciento.
En Estados Unidos, los derechos de autor sobre la música dura 95 años después de su grabación, mientras que los autores de las obras escritas y sus herederos conservan los derechos de sus obras 70 años después de su muerte.
Los catálogos de música antigua de las compañías discográficas han ganado en valor, ya que la distribución por Internet los hace más accesible. Además, los melómanos más mayores son más propensos a pagar por la música digital que los adolescentes.