El Lenovo Tenerife, a por su cuarta final de la BCL

El Lenovo Tenerife afronta un desafío solo para valientes. El grupo de Txus Vidorreta se mide al Hapoel Jerusalem (Martín Carpena, 16:30 hora canaria | Teledeporte – TVC), en el último y exigente peaje previo a la gran final de la Basketball Champions League, el sueño de toda una Isla.

Consciente de la dificultad del reto, el equipo aurinegro buscará la cuarta final de su historia en el máximo certamen de clubes de FIBA Europa para defender el título conseguido el curso pasado en Bilbao. Mérito tremendo el de los aurinegros, que tras un duro y largo camino, intentarán jugar su tercera final de prestigio en apenas tres meses, tras haberse adjudicado la Copa Intercontinental y salir una semana después subcampeón de la Copa del Rey.

Fiel a sus principios, los mismos que tan lejos le han llevado este curso, los tinerfeños tratarán de hacer valer sus señas de identidad ante un rival muy físico y con mucha calidad en todas las posiciones. Solo desde su fortaleza atrás y desde la energía en la batalla por el rebote, podrá soñar con argumentos el Canarias, que necesitará de criterio y acierto en ataque para tumbar a un adversario en plena forma.

El Hapoel Jerusalem, reciente campeón de Copa en Israel y alternativa de poder al Macabbi de Euroliga, ha ganado 19 de sus últimos 21 encuentros entre todas competiciones y se ha plantado en la Final Four de Málaga con un equipo bien armado y dirigido.

El físico y la capacidad atlética de su pareja de bases (Smith-Brown), dotada además de muchos puntos en sus manos; el talento anotador de Levi Randolph o Carrington en el perímetro; la versatilidad de Mejeris o Vene al cuatro, peligrosos en los tiros abiertos; o el poder interior de Zach Hankins, números en mano, uno de los pívots más dominantes del año en la BCL, serán solo un botón de muestra de los factores a contrarrestar.

Tendrá además el Lenovo Tenerife que lidiar con un ambiente donde habrá mayoría de aficionados israelíes, pero en el que también contará con el fiel aliento de más de 400 seguidores aurinegros desplazados hasta la Costa del Sol, dispuestos a dejarse la garganta apoyando a los suyos.