La economía española repunta al 3,9% y muestra cambios en el modelo de crecimiento
El Instituto Nacional de Estadística publicó este miércoles los datos de Contabilidad Nacional, que subrayan el crecimiento durante el año pasado y lo elevan al 4% en el cuarto trimestre. Además, el empleo creció el 3,1 por ciento, lo que equivale a la creación de 550.000 puestos de trabajo a tiempo completo.
El crecimiento español es 1,2 puntos superior al de la Zona Euro, mientras que la renta per cápita está casi “al cien por cien” de la de la UE de los 25, según el vicepresidente segundo, Pedro Solbes, al haber aumentado entre el 2,5 y el 3% según los cálculos de Economía. Entre los datos más relevantes del año pasado destaca el aumento de la productividad del 0,8% (del 1% en el cuarto trimestre), lo que según Solbes demuestra que están empezando a “dar frutos” las políticas del Gobierno para mejorarla.
En su opinión, “se van corrigiendo lentamente los desequilibrios de la economía”, como lo muestra el buen dato de la tasa de inflación conocido el pasado martes-el 2,4%interanual en enero- y la mejora del sector exterior, que restó un punto porcentual al crecimiento, siete décimas menos que un año antes. Esto se ha debido a la recuperación de las exportaciones, que crecieron el 6,2% (frente al 1,5% en 2005), y pese a que las importaciones siguieron aumentando, el 8,4% en 2006.
Además, las exportaciones de bienes pasaron de no crecer en 2005 a hacerlo el 5,6%, mientras las de servicios -que incluyen el turismo- mejoraron el 7,5%, tres puntos más.
Moderación de la pujanza de la demanda interna
Un año más, la pujanza de la demanda interna tuvo un importante peso en el crecimiento, al que aportó 4,9 puntos, si bien se moderó con respecto a 2005 (5,2 puntos).
Dentro de la demanda, se desaceleró el consumo, y aunque la inversión en construcción siguió aumentando, destaca la subida de la inversión más productiva, la destinada a los bienes de equipo. Así, el consumo en general creció el 3,9% y de éste, el gasto en consumo de los hogares aumentó el 3,7%, cinco décimas menos que en 2005, mientras que la inversión en construcción aumentó el 6% y la de bienes de equipo se aceleró hasta el 9,7%, siete décimas más que un año antes y la mejor tasa desde 1999.
Si se analiza la actividad por sectores, la construcción siguió encabezando el crecimiento con un 5,3%, aunque se advierte una recuperación de la industria, que creció el 3,3% frente al 0,3 de 2005, y de las actividades primarias, que mejoraron el 0,3% frente a un decrecimiento del 10% en 2005. El INE destaca que, a diferencia de 2005, la rama manufacturera se aceleró en todos los trimestres de 2006, y la fabricación de maquinaria, equipos eléctricos, electrónicos y ópticos, y en menor medida la industria del automóvil, fueron “las más dinámicas en 2006”, año en que también se observó “una recuperación de la industria textil y del cuero y la confección”.
Por el contrario, las ramas energéticas y los servicios desaceleraron su actividad, que fue del 2 y del 3,6%, respectivamente, si bien dentro de los servicios los mayores crecimientos los han registrado la intermediación financiera o el comercio.
La “convergencia real se ha desacelerado”
El año pasado, por otra parte, la remuneración de los asalariados aumentó el 6,8%, según el INE. Las principales variables macroeconómicas mejoraron en el cuarto trimestre del 2006, con un crecimiento del PIB del 4% interanual y del 1,2% intertrimestral.
Según el secretario de Estado de Economía, David Vegara, los datos disponibles hasta la fecha apuntan a un crecimiento del primer trimestre del año “en línea” con el del último periodo equivalente de 2006. Pese a los datos de crecimiento, el secretario de Política Económica y de Empleo del PP, Miguel Arias, afirmó que la “convergencia real se ha desacelerado”, mientras que el coordinador de Economía de IU, Javier Alcázar, dijo que el modelo de crecimiento se apoya en tasas de precariedad y siniestralidad laborales “altísimas” y permite un elevado déficit exterior.
El secretario general de CCOO, José María Fidalgo, opinó que frente a la “cara” de la moneda, que es el crecimiento, está la “cruz” de la precariedad y la falta de competitividad, mientras que UGT advirtió de que la economía sigue dependiendo mucho de la construcción y el consumo y hay un “claro desfase” entre los beneficios empresariales y los costes laborales.