La Eurocámara duda de la utilidad del Tratado sobre disciplina fiscal
ESTRASBURGO (FRANCIA), 18 (EUROPA PRESS)
El pleno del Parlamento Europeo ha expresado sus dudas sobre la utilidad del Tratado para reforzar la disciplina fiscal que negocian los países de la UE, con la excepción de Reino Unido, por considerar que la mayoría de sus objetivos pueden lograrse mediante leyes de la UE y que no garantiza una adecuada supervisión democrática.
En una resolución aprobada por 521 votos a favor, 124 en contra y 50 abstenciones, los parlamentarios insisten además en que el acuerdo debe impulsar no sólo el ahorro, sino también el crecimiento y la competitividad, e introducir una hoja de ruta sobre los eurobonos.
La disciplina presupuestaria, si bien constituye la base del crecimiento sostenible, “no generará, por sí sola, una recuperación”, señala la resolución. Por ello, el acuerdo debe incluir tanto “un compromiso para la adopción de medidas de impulso de una mayor convergencia y competitividad”, como propuestas para un fondo de amortización, obligaciones relacionadas con proyectos y un impuesto sobre las transacciones financieras en el marco del derecho comunitario. El acuerdo debe introducir también una hoja de ruta sobre “bonos de estabilidad”.
La Eurocámara pone de relieve los problemas potenciales que el nuevo acuerdo, en su forma actual, podría presentar. Entre ellos, figura la falta de responsabilidad democrática. En este sentido, la resolución propone fortalecer la participación del Parlamento Europeo y de los parlamentos nacionales en todos los aspectos de la coordinación y del gobierno económico europeos.
El nuevo acuerdo también podría consagrar la Europa “a dos velocidades”. Para evitar esto, los diputados sugieren que el contenido del acuerdo se integre en el Tratado de la UE en el plazo máximo de cinco años.
ENMIENDAS DE LA COMISIÓN
Por su parte, el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, ha explicado que ha presentado cuatro enmiendas para garantizar que el Tratado es compatible con la legislación de la UE. La primera quiere garantizar la primacía de la legislación de la UE sobre lo que diga el Tratado. En segundo lugar, Bruselas pretende que los Estados miembros se comprometan a aceptar su propuesta sobre el plazo que tendrá cada país para lograr el equilibrio presupuestario, que se presentará en breve.
En tercer lugar, la Comisión pide que se deje claro que las cumbres de la eurozona estarán abiertas a todos los Estados miembros y a la Eurocámara. Finalmente, Bruselas reclama evitar que la participación de los parlamentos nacionales reste poder al Parlamento Europeo.