El pueblo griego desaprueba en la calle las medidas de su Parlamento
- Se estima que los Estados periféricos se beneficiarán de la relajación de los mercados
MADRID, 29 (OTR/PRESS)
El Parlamento griego aprueba el plan de austeridad que propuso el presidente, Yorgos Papandreu, con el respaldo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE). Era la condición de Europa para proceder al desbloqueo de las ayudas al país heleno y los líderes internacionales aplauden que las medidas recibiesen luz verde; sobre todo los de los Estados periféricos, que se beneficiarán de la relajación de los mercados. No hace lo mismo el pueblo, que desaprueba en la calle lo que se aprueba en el Parlamento. Los antidisturbios controlan con gases lacrimógenos a las miles de personas que se congregan en la plaza Syntagma para protestar por unos recortes que afectarán de manera directa a la ciudadanía.
Las medidas que el FMI y el BCE exigían a Grecia como condición al rescate económico salen adelante. El Parlamento aprobó el paquete este miércoles, con 155 votos a favor, 138 en contra y 5 abstenciones. Otros dos diputados no estuvieron presentes en la votación oral. Al final, sólo uno de los tres socialistas que habían expresado su oposición al nuevo plan votó en contra. Con ello, se valió la expulsión del partido del Gobierno, el PASOK.
En compensación, la propuesta del Ejecutivo de Papandreu también recibió el respaldo de una miembro de la oposición. Este jueves, el presidente somete a una nueva votación los detalles de unas medidas que tendrá que promulgar antes del 3 de julio, que es la fecha límite que ha impuesto Europa. Sólo así desbloqueará los 12.000 millones de euros del nuevo tramo de ayudas.
Si no las recibiese, Atenas se vería forzada a declarar la bancarrota del país, porque debe hacer frente a vencimientos de deuda por un importe de más de 12.000 millones de euros hasta finales de agosto. George Provopoulos, gobernador del Banco Central griego, advirtió en el diario 'Financial Times' de que un “no” del Parlamento habría sido un “suicidio”.
El paquete de austeridad contempla nuevos recortes en el gasto público y subidas de impuestos, con los que Atenas pretende mejorar en más de 28.000 millones la recaudación hasta 2015. El incremento alcanzaría los 78.000 millones al sumar los ingresos previstos por el agresivo programa de privatizaciones anunciado, que ronda los 50.000 millones.
En concreto, el Ejecutivo pretende obtener 15.000 millones de euros con la privatización de empresas públicas de aquí a 2013. A esto se añadirían 35.000 millones adicionales, con nuevas privatizaciones hasta 2015. El Gobierno heleno pretende vender participaciones en las compañías estatales de telefonía, juegos de azar, gestión aeroportuaria y electricidad.
El periódico 'To Vima' señalaba que la aplicación de este nuevo plan de austeridad puede suponer para los hogares griegos una carga adicional de 2.795 euros anuales, equivalente a los ingresos mensuales de una familia media de allí. Esto podría amenazar la recuperación de la economía del país, que lleva tres años en recesión y cuyo PIB retrocederá un 3,8 por ciento este año, de acuerdo con las previsiones.
La deuda pública es la más alta de la Unión Europea (UE) y alcanzará un récord del 166 por ciento en 2012. Con esta situación, los líderes del 'viejo continente' prometieron un nuevo rescate de 100.000 millones de euros para hacer frente a las necesidades de financiación del país hasta 2014.
Juan Manuel López Carbajo, secretario de Estado de Hacienda y Presupuestos, afirmó que ésta es “una buena noticia”. Valeriano Gómez, ministro de Trabajo e Inmigración, espera que estos hechos suavicen “el estrés del conjunto de los mercados”, por lo que los países más afectados saldrán beneficiados. Se trata de España, Irlanda, Portugal, Irlanda e Italia.
El BCE, el FMI y la UE también aplaudieron la decisión. “Ha sido un voto de responsabilidad nacional”, dijeron José Manuel Durao Barroso, presidente de la Comisión, y Herman Van Rompuy, presidente del Consejo, en un comunicado conjunto. “El país ha dado un importante paso adelante en el necesario camino de consolidación fiscal y reformas estructurales para impulsar el crecimiento”, afirmaron.
Ambos mandatarios insistieron en que este jueves “los ojos de Europa volverán a mirar otra vez a Atenas ya que los diputados están llamados a aprobar las medidas de aplicación del programa”. Un segundo voto a favor, “allanaría el camino para el desembolso del próximo tramo de asistencia financiera” y “permitiría que avance rápidamente el trabajo sobre un segundo plan de asistencia”.
Jerzy Buzek, presidente de la Eurocámara, afirmó: “Ahora es nuestra responsabilidad en la UE mostrar plena solidaridad con los ciudadanos griegos. No sólo estamos asistiendo a Grecia, estamos mejorando la estabilidad de todo nuestro sistema financiero”.
LA CIUDADANÍA RECHAZA EL PLAN
El pueblo no opina lo mismo. Desde primera hora de este miércoles, los manifestantes intentaron impedir el acceso de los parlamentarios a la Cámara. Su descontento crecía a medida que aumentaban los apoyos al plan de austeridad y la Policía tuvo que emplear diversos métodos para contener a los miles de ciudadanos.
Se habían congregado en la céntrica plaza Syntagma, frente al Parlamento, en el segundo día de huelga general en el país convocada por los sindicatos. Enarbolaban pancartas y tocaban tambores. Incluso llegaron a obligar a los antidisturbios a replegarse, pero éstos respondieron con gases lacrimógenos.
Después, un grupo de 30 entró en la primera planta de un edificio situado en la misma plaza. La construcción alberga una sede del segundo principal prestamista a Grecia, Eurobank, en la planta baja. Los testigos aseguran que su objetivo era incendiar las oficinas y que los agentes lograron evitarlo.
El Ministerio de Economía tampoco se salvó. Otra treintena de manifestantes, armados con palos y barras de hierro, atacaron sus oficinas y rompieron las ventanas de la entrada y los pisos superiores. La Policía los expulsó de nuevo con gases lacrimógenos y los persiguió hasta las calles próximas. Tres manifestantes resultaron heridos en el incidente.
A pesar de todo, los rebeldes consiguieron prender fuego a un puesto de Policía de la planta baja del edificio de la cartera. Los bomberos llegaron inmediatamente al lugar para extinguir las llamas, que provocaron una densa columna de humo.
También arremetieron contra los diputados, en especial, contra Alexandros Athanasiadis, del partido gobernante, que pretendía votar en contra del plan pero que, en el último momento, votó a favor. Una veintena de ciudadanos lanzó botellas y una silla.