Los Verdes cuestiona la viabilidad ecológica del tren
La candidata del Partido Verde Canario al Cabildo de Gran Canaria, Amalia Bosch Benitez, ha cuestionado este domingo la “viabilidad ecológica y económica” del tren que proyecta la institución insular.
Bosch expresa en un comunicado sus “dudas” sobre el modelo por el que ha optado el Cabildo, “un ferrocarril de cercanías de velocidad alta, con infraestructura y material móvil que permite una velocidad máxima del orden de 160 kilómetros por hora y características propias de las líneas correspondientes a un tren de alta velocidad”, afirma la candidata de Los Verdes.
Asimismo indica que el modelo elegido “no se corresponde con la necesidades reales” de transporte sino a la “pretensión de acceder a la financiación nacional” a través del Ministerio de Fomento. Para ello era necesario que el trazado cumpliera requisitos incluidos en Real Decreto 1191/2000, de 23 de Junio, sobre Interoperabilidad del Sistema Ferroviario de Alta Velocidad que “aunque por razones obvias nunca sería operable en las islas en sentido estricto”.
Asimismo destaca que hay una “contradicción” entre la operatividad que se pretende, la financiación que se desea y “la supuesta necesidad de lo que admite la realidad territorial del espacio isla”.
“El modelo elegido produce una gran ocupación del territorio, 126 hectáreas según el Plan Territorial, un enorme impacto ecológico sobre terrenos agrícolas y sobre el paisaje atravesando parajes como el Barranco Real y la Vega Agrícola de Telde”.
Por último recuerda que los Verdes ya presentaron alegaciones al mencionado Plan Territorial, “propusimos que se estudiara la viabilidad de un sistema de monorrail colgante similar al que funciona en Wuppertal ( Alemania) desde hace 100 años, denominado Schwebebahn, que se caracteriza por su seguridad y su nula ocupación del terreno”.
Este tipo de monorraíles dependen de una gran viga sólida como superficie de tránsito de los vehículos de la que cuelga el tren. “Tal como ya se intentó en un proyecto abortado por intereses caciquiles, en los años 70”.
“El tren será un derroche de dinero público, sin precedente en Canarias, en un momento en que no hay presupuesto para cubrir las necesidades básicas de la población. De momento ya ha comenzado un festín de 17 millones de euros para la elaboración del proyecto”, concluye.