El canario paga más por el plátano que el gaditano, pese a la lejanía y a que en las Islas se tiran

El plátano isleño expuesto en las dos tiendas. A la derecha, el tinerfeño; al otro lado, el de Cádiz.

D. M.

Santa Cruz de Tenerife —

El plátano que se cosecha en las Islas y se exporta en casi su totalidad a la Península y Baleares (con alguna entrada a Portugal desde estos lugares), el principal y se puede decir que único mercado de la fruta estrella del Archipiélago, en muchas ocasiones, como ha ocurrido esta misma semana, se compra más barato en un puesto del mercado central de Cádiz, en la comunidad autónoma de Andalucía, que en un supermercado radicado en el centro de la capital tinerfeña.

Pese a que pueda resultar sorpredente, así mismo es y además se ha comprobado in situ. El lunes pasado, en el mencionado punto de comercialización de la ciudad andaluza (véase la foto con que se ilustra esta información), el kilo de plátano se conseguía a 1,20 euros. Dos mil kilómetros más hacia el sur, en un establecimiento minorista de la ciudad de Santa Cruz, la misma fruta, también de origen local y con una calidad equivalente, solo se podía llevar a casa si antes se pasaba por caja y se abonaban los 1,69 euros por kilo correspondientes.

Seguro que está pensando que esto es increíble y no tiene lógica alguna. Lleva razón, pero es la pura realidad. Hay sitios, momentos y coyunturas, en que, seguro que por razones inexplicables, el plátano canario se consigue a un precio más elevado donde mismo se produce, por ejemplo el martes pasado en el citado establecimiento de Santa Cruz, que 2.000 kilómetros más arriba, en la zona sur de la Península. Y ello es así después de que se tenga que asumir, que no es poco, el coste de transporte de esa mercancía, entre otros servicios que deben encarecer el producto.

Lo descrito, incluso siendo grave y muy poco justificable, aún tiene peor encaje en los momentos actuales, o mejor, en la campaña de 2016, en cuyos casi ocho primeros meses la organización Asprocan, que preside Henry Sicilia y que agrupa a todos los cosecheros de las Islas, ha ordenado la retirada del mercado, de la exportación, de nada menos que algo más de 15 millones de kilos (el 4% de todo lo comercializado en 2015, con 375 millones de kilos), de los que unos 12 millones han ido a la basura (lo que lee); esto es, a alimentar ganado, a los complejos ambientales (muy poco, que cuesta dinero), a gestores autorizados de residuos del ámbito privado (quizá más) o a más de un vertedero ilegal que hay en las Islas rebosante de esos restos agrícolas no peligrosos. Es lo que ocurre y está acreditado en la isla de La Palma, sin que, por ahora, nadie haga algo.

El agricultor reacciona con una manifestación este viernes

Algunas de esas cuestiones, unidas a la pérdida de renta del agricultor platanero local, son las que han motivado la protesta convocada para este viernes al mediodía en la capital palmera, isla en la que sobre todo los cosecheros pequeños, con cortes de fruta concentrados en el estío, lo están pasando muy mal, tan mal que algunos deben vender el agua de sus plátanos para tener algo de líquido en el bolsillo.

Por ahora, las soluciones planteadas para combatir o aminorar esta situación brillan por su ausencia, tanto las de Asprocan como las del Gobierno de Canarias, los que, según muchos plataneros críticos con la coyuntura actual, son los verdaderos culpables de la aguda crisis de precios que sufre el plátano de las Islas desde finales de enero pasado, en cuya última semana de ese mes se produjo la primera retirada de fruta del mercado, comúnmente conocida como pica. Desde entonces, casi todas las semanas a los plataneros isleños les ha llegado la misma noticia, esta vez con más de 700.000 kilos de pica en la semana 35, la que aún no ha terminado.

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