Acusan a un médico detenido de los ataques fallidos de Londres y Glasgow

Uno de los dos médicos detenidos tras lanzar el sábado pasado un vehículo lleno de material incendiario contra el aeropuerto de Glasgow fue acusado este viernes en relación con ese incidente y con los atentados fallidos de Londres, informó Scotland Yard.

El iraquí Bilal Abdulla, que se graduó como médico en Bagdad y llegó al Reino Unido en el 2004, fue acusado de conspiración para causar explosiones y está previsto que comparezca este sábado ante el tribunal de la City de Westminster, en el centro de Londres.

Abdulla trabajaba en el Royal Alexandra Hospital en Paisley (Escocia), donde el otro autor del atentado fallido en el aeródromo de Glasgow, está siendo tratado de graves quemaduras bajo custodia de la Policía.

“Hemos estado examinando y valorando cuidadosamente las pruebas contra cada detenido para tomar las decisiones de procesarlos a la primera oportunidad”, indicó la jefa de la división antiterrorista de la Fiscalía, Susan Hemming.

Los otros siete detenidos en relación con esos ataques “permanecerán bajo custodia” policial hasta que haya una decisión de la Fiscalía, añadió Hemming.

El pasado viernes, dos coches-bomba fueron desactivados en pleno centro de Londres, mientras que el sábado dos hombres estrellaron un Jeep cargado con botes de gas -componente encontrado también en los vehículos hallados en la capital británica- contra la terminal principal del aeropuerto de Glasgow (Escocia).

La Policía vincula el atentado en Glasgow con los dos coches-bomba hallados en Londres, que de haber estallado, hubieran causado numerosos muertos y heridos, según Scotland Yard.

El hecho de que los siete hombres detenidos sean médicos o estudiantes de Medicina y la única mujer arrestada hubiera trabajado como técnico de laboratorio en un hospital del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido (NHS) ha llevado a los medios de comunicación británicos a hablar del “complot de los médicos”.

Tras los ataques, el Gobierno británico decidió elevar a “crítico” el nivel de amenaza terrorista, lo que significa que un atentado puede ser inminente, aunque este miércoles esa alerta fue rebajada a “grave”, que implica que un atentado es “muy probable”.

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