La autonomía en el Sáhara, ''de la mano'' de una amnistía

“No queremos provocar, y por ello no se acomete ya una autonomía en el Sáhara Occidental, sino una regionalización, que se presenta como una fase intermedia”, señala a esta agencia una fuente oficial relacionada con la administración local en dicho territorio.

Se refería así al proyecto de regionalización avanzada de Mohamed VI anunciado en diversas ocasiones y para cuya aplicación se creó a principios de este mes una Comisión Consultiva presidida por Omar Azziman, embajador marroquí en España.

La Comisión ha nacido con plazos. De momento, cuenta con seis meses, hasta junio, para presentar las conclusiones de su trabajo y poner en marcha la regionalización, “que privilegiará al Sahara Occidental”, asegura la misma fuente.

Activistas saharauis como Hamad Hmad critican abiertamente dicha regionalización y consideran que lo debería de hacer Marruecos “es respetar los derechos humanos y las libertades individuales de los saharauis, su derecho a manifestarse públicamente y a decidir libremente el destino de nuestro pueblo en un referéndum de autodeterminación”.

Desde la wilaya (gobierno) de El Aaiún, sin embargo, fuentes oficiales aseguran que los derechos humanos se respetan en el Sahara Occidental. “Es un objetivo permanente para nosotros; Marruecos está integrando a las víctimas de la represión del pasado, indemnizándolas; trabajamos para mejorar poco a poco”.

Incluso, señala el mismo informador, “la autonomía, el plan que Marruecos ha propuesto para la zona en Naciones Unidas, iría acompañada de una Amnistía para todos los saharauis, como medida de paz”.

Tambores de guerra

Ni Amnistía, ni paz, ni autonomía. Hmad no quiere oír hablar del proyecto estrella de Mohamed VI para el Sahara Occidental, territorio que se disputa con el Frente Polisario desde hace más de tres décadas; en el campo de batalla hasta 1991 y en el seno de Naciones Unidas desde entonces.

“Si Marruecos termina aplicando su regionalización aquí y luego una autonomía, comenzarán a sonar de nuevo tambores de guerra en el Sahara, no dejaremos que atropellen nuestra tierra”, señala enfadado sentado en la mullida alfombra que cubre el suelo de su casa mientras prepara el tradicional té.

Preguntado también por la regionalización, Salek Bazid, representante del Colectivo de Presos Políticos Saharauis (CPPS), califica el proyecto de regionalización “de una huída hacia delante de Marruecos, una forma más de ganar tiempo ante la comunidad internacional”.

Hassan Duihi, del mismo colectivo, considera que si finalmente Marruecos lo pone en marcha “será también un examen para él porque sin más respeto a los derechos humanos no tiene sentido aplicar la regionalización”. Y se pregunta “si el reino alauí será realmente capaz de cumplir con las libertades individuales y otros derechos de los saharauis”.

Ensayo

Toufik Berdiji, Brahim Laghdal y Baba Al Mayara también son ex presos políticos saharauis detenidos en las cárceles marroquíes hace años. Sin embargo, tras militar en las filas del Polisario un día decidieron cambiar de bando. Hace pocos meses crearon en el Sahara Occidental la Liga de Defensores de los Derechos Humanos.

Berdiji, vicepresidente de la Liga, señala que la regionalización de Marruecos comenzó hace mucho tiempo, en 1992; “pero ahora el objetivo es mejorarla y hacerla más amplia; será un ensayo para la futura autonomía, que apoyan ya las principales potencias del mundo”, valora.

Para Berdiji, sin embargo, “hay que seguir trabajando en el Sahara para que mejore la situación de los derechos humanos, su respeto; es una condición necesaria para poder dar también más libertad a los saharauis en la gestión de sus asuntos” dice al tiempo que confía en “que el monarca Mohamed VI ha demostrado ya hace tiempo que quiere romper la dinámica de la violación de derechos humanos en Marruecos”.

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