Bush estrecha lazos militares con Arabia Saudí frente a Irán
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, inició este lunes su primera visita a Arabia Saudí con el objetivo de estrechar sus lazos militares y diplomáticos con el país árabe frente al aumento de influencia de Irán en la región.
Coincidiendo con la visita, el departamento de Estado notificó la venta de armamento a Arabia Saudí por valor de 120 millones de dólares al Congreso, que tiene 30 días para presentar cualquier reparo. La operación forma parte de un paquete mucho mayor anunciado en julio por la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, por un monto total de 20.000 millones de dólares para los aliados de Estados Unidos en el Golfo Pérsico, según dijo Gordon Johndroe, portavoz del Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca.
A cambio de los 120 millones de dólares, Arabia Saudí recibirá 900 sistemas para convertir bombas convencionales en municiones de precisión con sistemas de navegación por satélite, conocida como JDAM (Municiones de ataque directo conjunto). Previamente, el departamento de Estado notificó al Congreso de la venta de misiles Patriot a los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait, y de un sistema de aviones radar para Arabia Saudí, por un valor total de 11.500 millones de dólares, según dijo en Washington el portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack.
Durante su gira por Oriente Medio, Bush ha enfatizado que reforzará las relaciones militares con los países del Golfo para enfrentarse a Irán “antes de que sea demasiado tarde”. Israel, que está muy alarmado por el programa atómico del Gobierno de Teherán, retiró sus objeciones a la venta después de que EEUU le prometiera una asistencia militar de 30.000 millones de dólares durante diez años, según un pacto firmado en agosto.
Visita del presidente francés
Pero no es sólo Bush quien ha traído regalos a Riad. El Air Force One, el avión presidencial, aterrizó procedente de Dubai poco después de que abandonara la capital saudí el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
El líder galo, quien ha endurecido la política de su país respecto a Irán, dijo que había tratado con las autoridades saudíes la posible venta de helicópteros, aviones, fragatas, submarinos, un sistema de defensa aérea y equipos para la vigilancia de las fronteras del reino wahabí. La operación ascendería a 22.000 millones de euros (32.500 millones de dólares), pero Sarkozy no llegó a rubricar ningún acuerdo concreto.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, no se quedó callado y este lunes instó a sus vecinos del Golfo Pérsico a analizar su propia propuesta de colaboración económica y de seguridad para la región. Arabia Saudí teme, como los otros países de la península arábiga, -todos de mayoría suní menos Bahrein-, el aumento de la influencia de Irán, que es el baluarte de los chiíes, en la zona y en su propio territorio.
Riad llegó a acusar a Teherán el año pasado de “desestabilizar” la región. No obstante, tiene más miedo de una confrontación armada y últimamente ha realizado acercamientos al Gobierno de Teherán.
La semana pasada, por ejemplo, el ministro de Asuntos Exteriores saudí, el príncipe Saud al Faisal, pidió moderación tanto a Estados Unidos como a Irán.
Derechos Humanos
Además de la política respecto a Irán, la protección de los derechos humanos y el fomento de la democracia será otro tema delicado en las conversaciones entre el rey Abdalá Bin Abdelaziz y Bush, que cenarán juntos este lunes y posteriormente sostendrán una reunión de trabajo de casi hora y media. El Consejero de Seguridad nacional, Stephen Hadley, confirmó que el presidente mencionará el asunto después de que el departamento de Estado denunciara violaciones graves de los derechos de culto, de la mujer y los derechos políticos en general en Arabia Saudí.
Los mandatarios también abordarán las negociaciones de paz en Oriente Medio, según Hadley, quien no quiso confirmar si el alto precio del petróleo también está en la agenda. Se prevé que la reunión entre ambos termine a las 22.25 locales, una hora en la que Bush normalmente ya está en el quinto sueño, pues se acuesta muy temprano. En cambio, a Bin Abdelaziz le gusta la noche y en Riad, es él quien manda.