La cepa de cólera de Haití procede del sur de Asia
La cepa de cólera que ha matado a más de 2.000 personas y contagiado a unas 90.000 en Haití procede del sur de Asia, probablemente de Bangladesh, aunque llegó al país a través de África, según revela un estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard y el Instituto de Biociencia del Pacífico de California.
El análisis de la secuencia genética de esta cepa de cólera descartó por completo la procedencia local al revelar que está asociada a un brote de hace 49 años que se originó en Indonesia. “La actividad humana que la trajo a Haití viene de muy lejos”, dijo John Mekalanos, en un artículo publicado en el 'New England Journal of Medicine'.
En la misma línea, su colega Eric Schadt, del instituto californiano, apuntó su origen asiático, en concreto señaló a una cepa reciente surgida en Bangladesh, aunque la coincidencia entre ambas no es total, por lo que indicó que probablemente llegó a la isla caribeña a través de África, adquiriendo algunos rasgos específicos.
Además, estos estudios evidenciaron que no se trata de una versión común de la enfermedad, sino que es el resultado de una mutación de otra dolencia más grave, que el informe no especifica. “Nuestros datos del genoma sitúan a la cepa de Haití en el grupo de las peores entre las peores”, aseveró Mekalanos.
Sospecha
Las conclusiones de este estudio reforzarían la sospecha de los haitianos que acusan a los cascos azules nepaleses de Naciones Unidas desplegados en el país de contagiar a la población local. Esta creencia ha derivado en varios ataques a las fuerzas internacionales, que han desmentido que sean el origen de la epidemia.
En referencia a esta cuestión, Schadt subrayó que la intención del estudio no es buscar a los responsables del contagio, sino evitar que se produzcan situaciones similares en el futuro. “Nuestro trabajo no es buscar culpables, pero creo que es importante evitar que esto pase otra vez”, aseveró.
En este sentido, el experto aconsejó adoptar medidas más eficaces de prevención de cara a emergencias internacionales de este tipo en las que numeroso personal humanitario se instala en un país debilitado. “En el futuro, cuando la gente vaya a ayudar a zonas de desastre, debería tomar antibióticos o ser vacunada”, agregó.