El Congreso aprueba la confianza al Gobierno y Prodi supera la crisis
La votación en el Congreso supuso el último paso para salir de la crisis en la que cayó el Gobierno tras la dimisión de Prodi el pasado 21 de febrero al perder una votación en el Senado sobre política exterior.
Desde ese momento, Prodi se dedicó a mediar entre sus aliados de la coalición, la Unión, que agrupa una constelación de partidos que van desde los comunistas a los democristianos. A todos ellos les presentó un documento con doce puntos, cuya firma era la condición para continuar liderando la coalición gubernamental.
En este documento, todos los partidos de la coalición gubernamental asumían el compromiso de respetar estos doce puntos programáticos, entre otros, la refinanciación de la misión militar en Afganistán y la construcción de la línea ferroviaria de alta velocidad Turín-Lyon. Dos temas a los que se opone la parte más extrema de la izquierda como los senadores comunistas Fernando Rossi y Franco Turigliatto, que fueron los que con su abstención en la votación en la Cámara Alta hicieron caer al Gobierno.
En el “dodecálogo” desaparecía la cuestión del proyecto de ley sobre los derechos de las parejas de hecho, que como anunció Prodi ya se presentó al Parlamento y allí se debatirá su futuro. Un guiño al ala derecha de su coalición que había amenazado con provocar una nueva crisis si el Gobierno se empeñaba en apoyar la regularización de las personas que conviven, entre ellas las parejas formadas por homosexuales.
Tras una ronda de consultas, el pasado sábado, el presidente de la República, Giorgio Napolitano, envió el Gobierno a someterse al voto de confianza en el Parlamento y comenzó así la caza al voto de los inciertos y a convencer a los rebeldes. En la votación del pasado miércoles en el Senado, Prodi contó con el voto favorable de los 156 senadores de la coalición de centroizquierda, además del apoyo del tránsfuga Marco Follini, el del independiente Luigi Pallaro, elegido con los votos de los italianos en sudamérica, y cuatro senadores vitalicios.
Tras superar el voto en el Senado, el paso de este viernes por la Cámara de los diputados se convertía en un mero trámite parlamentario.
Única víctima política
Los diez días de crisis de Gobierno dejan sólo una única víctima, el senador de Refundación Comunista Franco Turigliatto, apartado dos años de su partido como castigo por su acto de rebeldía. Y una montaña de buenos propósitos, como la urgente necesidad de la reforma del sistema electoral, para la que Prodi ha pedido la colaboración de la oposición conservadora.
Prodi también prometió este viernes la reducción de los impuestos, ilustrando en el Congreso los últimos datos de la economía del país, que han registrado un notable aumento del Producto Interior Bruto (1,9%) y un déficit del 4,4%, inferior a las previsiones del Ejecutivo. Tras la votación de este viernes, el Presidente del Gobierno afirmó que en ningún momento de la crisis pensó “abandonar” y que el Parlamento ha expresado “con total claridad” que este Ejecutivo cuanta “con la confianza” para poder seguir su camino.
Sin embargo, el líder de Forza Italia y ex presidente del Gobierno, Silvio Berlusconi, definió el Gobierno de Prodi como “frágil y confuso” y añadió que la crisis de gobierno “ha humillado al país”. “Habéis realizado una caza a cada voto para acabar con la crisis y transformado el Gobierno en una asamblea de una comunidad de vecinos donde rige la bronca y la desorganización”, añadió Berlusconi durante el debate en el Congreso.
Terminada la crisis, el Gobierno tendrá que afrontar ya el lunes su primera dificultad con el inicio en el Congreso del debate para la aprobación, previsiblemente el martes, de la refinanciación de la misión italiana en Afganistán.