Los conservadores ganan, pero sin mayoría absoluta

El Partido Conservador británico se confirma como el vencedor de los comicios celebrados, tanto en número de votos como en escaños, a falta de concluir el recuento en menos de 50 circunscripciones, de un total de 649 en juego. Aún así, no se prevé que estas circunscripciones restantes cambien el Parlamento, en el que no habrá mayoría absoluta, tal como apuntaban las encuestas.

La situación, inédita en Reino Unido desde 1974, abre paso a un escenario de negociaciones en el que el primer ministro, Gordon Brown, debe cumplir un papel fundamental. Aunque los laboristas perdieron el control de la Cámara de los Comunes que ostentaban desde hace 13 años, la falta de hegemonías lo autoriza a intentar formar un Gobierno que él mismo se ha comprometido a garantizar, aunque sin aclarar bajo qué fórmula.

A estas alturas, los de David Cameron se acercan a los 290 asientos en Westminster, ya ampliamente por encima de los 198 que ostentaban durante la legislatura que acaba de tocar a su fin. Los sondeos les otorgan 306 escaños y, según la evolución registrada hasta ahora, las previsiones parecen estar acertadas. Por el momento, los laboristas han alcanzado ya los 240 diputados, de un total de 262 que se les han estimado. De cumplirse las cifras, serían 91 los parlamentarios que perderían.

Por su parte, los liberaldemócratas también confirman una tendencia decepcionante en comparación a las expectativas que su auge durante la campaña habían generado. A pesar de poder ser clave para la formación de un hipotético Gobierno de coalición que, por el momento, nadie se atreve a descartar, los de Nick Clegg podría ver incluso recortada en ocho la representación de 61 parlamentarios con la que contaban hasta este 6 de mayo.

Extrapolación

Con los actuales resultados, la BBC ha hecho una extrapolación en votos que otorga un 36,3 por ciento a los conservadores, similar al recabado por Tony Blair hace cinco años, si bien en 2005, había sido suficiente para que los laboristas se hicieran con la mayoría absoluta en escaños. En esta ocasión, la estimación de voto para los de Brown sería del 28,9 por ciento, ligeramente por encima del temido 28,3 por ciento recabado por Michael Foot en 1983, uno de los descensos más pronunciados de la historia del partido.. Por su parte, los liberaldemócratas se llevarían un 22,9 por ciento, en línea con lo obtenido hace cinco años.

Además, otros resultados llamativos de la noche pasan por el escaño obtenido por los Verdes, celebrado por su líder, Caroline Lucas, como “histórico”; a diferencia del polémico Partido Nacionalista Británico (BNP, en sus siglas en inglés), que no logró el asiento al que su máximo responsable, Nick Griffith, aspiraba en la circunscripción londinense de Barking. En las europeas de junio, la formación había conseguido dos eurodiputados. Aparte, los dos independientes que este año se sentaban en Westminster han perdido la silla, al igual que el ministro principal de Irlanda del Norte, Peter Robinson.

En cuanto a la suerte del Gobierno, la práctica totalidad de sus miembros revalidaron su escaño, por ahora sólo cuatro altos cargos se han visto apeados del Parlamento, al igual que importantes figuras de la trayectoria reciente del Laborismo, como la hasta junio titular de Interior, Jacqui Smith, o su antecesor, el controvertido Charles Clarke, un conocido opositor a Gordon Brown.

Por el momento, tanto el 'premier' como su rival conservador, David Cameron, han regresado ya a Londres desde sus respectivos distritos electorales, donde ambos fueron reelegidos con mejores resultados que hace cinco años, especialmente Brown, quien registró sus mejores cifras en los 27 años que lleva como diputado por la circunscripción escocesa de Kirkcaldy. De hecho, los mejores resultados de los suyos se dieron, precisamente, en Escocia.

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