EEUU cree que el sistema carcelario ruso es “brutal”
MADRID, 28 (EUROPA PRESS)
Estados Unidos considera que Rusia sufre un sistema carcelario “brutal” que “no ha experimentado cambios sustanciales” respecto a las prisiones zaristas y los centros de detención soviéticos de los gulags, y que, dadas sus características y su arraigo, “va a ser difícil, sino imposible, reformarlo”.
Un cable confidencial emitido en febrero de 2008 por el entonces embajador estadounidense en Moscú, William J. Burns, a la Secretaría de Estado norteamericana, y difundido por el portal de Internet Wikileaks, revelaba que Rusia es el segundo país del mundo con mayor proporción de presos respecto a su población total, “sólo superada por Estados Unidos”.
En Rusia, “en contraste con otros países occidentales”, el sistema carcelario “está centrado sobre todo en el castigo, no en la rehabilitación”, y genera un nivel de reincidencia superior al de otros lugares del mundo, señala Burns, embajador en Moscú entre 2005 y 2008 y actual subsecretario de Estado para Asuntos Políticos y máximo responsable del Servicio Exterior de Estados Unidos.
Aparte, prosiguió el embajador, el sistema se caracteriza por “la crueldad y la corrupción” y sus condiciones de salud son tan pobres que “la proporción de infecciones de enfermedades contagiosas es muy superior a la de la población en general”.
Según Burns, el informe anual del Defensor de Derechos Humanos ha pedido reformas carcelarias para poner fin a los abusos, pero, a juicio del embajador, “va a ser difícil, sino imposible, reformar un sistema tan vasto y arraigado”.
Se trata de un sistema que “ha evolucionado desde las prisiones zaristas al sistema de los gulags, hasta llegar al modelo actual”, y que “no ha experimentado cambios sustanciales” en todo este periodo, lo cual “alimenta la propagación de las enfermedades, de los abusos y de la corrupción”, prosiguió.
“Los observadores coinciden en que la combinación de distancia, aislamiento, corrupción e indiferencia general ante los problemas de los convictos contribuyen a crear un sistema brutal que resitirá cualquier intento de cambiarlo”, concluyó Burns.