El Ejército libanés arrincona a los milicianos de Fatah al Islam

Las fuentes, que hablaron bajo la condición del anonimato, confirmaron que los soldados cayeron en acciones de combate contra los radicales, aunque no precisaron cuántos militares resultaron heridos este sábado. Según medios libaneses, el número de heridos podría ascender hasta doce, como consecuencia de los duros enfrentamientos mantenidos entre las dos partes.

Las fuentes aseguraron, asimismo, que la operación del Ejército para acabar con la milicia radical “va cada vez mejor”, aunque declinaron ampliar esta información. Los milicianos de Fatah al Islam, un oscuro grupo de inspiración salafista y que ha sido vinculado con la red terrorista Al Qaeda, apenas mantienen su núcleo en unos cuantos edificios del norte del campamento, situado cerca de la ciudad septentrional de Trípoli.

El sonido de la artillería pesada se mezclaba con el repiqueteo de las ametralladoras, en una muestra más de que dentro del campo se pelea palmo a palmo y que las posiciones de los militares y los milicianos están muy próximas. El Ejército libanés no consigue acabar con la resistencia del grupo radical Fatah al Islam en el campo de Nahar al Bared, el más grande del norte del país.

“Más o menos soportable”

Abu Jaber, dirigente del Frente Popular para la Liberación de Palestina en el campamento, describió la situación de los civiles que todavía se encuentran en su interior como “más o menos soportable”. Este sábado “han seguido cayendo las bombas del Ejército. Pero como los milicianos están muy localizados, hay menos posibilidades de que éstas afecten a los civiles”, aseguró Jaber, quien, en cualquier caso, pidió el fin de los combates antes de que el campamento acabe reducido a un montón de escombros.

Por su parte, el general del Ejército libanés Hash Esleinan indicó a Efe que los ataques militares se han vuelto mucho más selectivos y que el tipo de armamento utilizado se ajusta a las necesidades en cada momento. En un comunicado difundido este sábado, las propias Fuerzas Armadas libanesas reconocieron oficialmente un “avance gradual” que les ha llevado a controlar las áreas en las que se encontraban los radicales.

Sin embargo, Esleinan no pudo confirmar las informaciones de medios libaneses, que en las últimas horas han asegurado que el responsable máximo de Fatah al Islam, Shaker Absi, está gravemente herido y que el jefe militar de este grupo, Abu Hureira, ha muerto. “No se puede afirmar eso, porque no hay datos precisos para sostenerlo”, dijo el general, quien, sin embargo, tampoco desmintió la noticia.

Las conjeturas sobre la muerte de Hureira se han disparado después de que, en los dos últimos días, éste haya dejado de actuar como portavoz de Fatah al Islam, una tarea que ha pasado a desempeñar un hombre que se hace llamar Shain Shain.

Desactivación de explosivos

El general libanés agregó que, además de los combates, una de las principales misiones de las tropas ahora es desactivar los explosivos y bombas-trampas con que los extremistas suníes han sembrado el campamento. Ese es uno de los grandes riesgos que han tenido que afrontar hasta ahora la Cruz Roja y la Media Luna Roja para evacuar a los heridos. La portavoz del Comité Internacional de la Cruz Roja, Virginia de la Guardia, explicó que el viernes se consiguió evacuar a 86 personas, la mayoría de ellas ancianos, mujeres y niños.

Además, también se consiguió introducir agua y comida para los entre 3.000 y 7.000 refugiados que, según sus cálculos, siguen en el campamento. “Hemos tenido que dejar de usar camiones y utilizar las ambulancias para meter la ayuda humanitaria, porque está plagado de bombas y explosivos, y es demasiado peligroso para los vehículos grandes”, dijo De la Guardia.

En contraste con los visibles avances del Ejército sobre el terreno en Nahar al Bared, continúa la oleada de atentados, por ahora de una relativa baja escala, que sacuden al Líbano desde que el pasado 20 de mayo comenzasen los enfrentamiento con Fatah al Islam en Nahar al Bared. Anoche, la explosión de 20 kilos de TNT frente a una fábrica de bombonas de oxígeno en el barrio industrial de Suq al Mosbeh mató a su dueño, Pierre Dehne, de 37 años, e hirió a otras tres personas según dijeron este sábado fuentes policiales.

Este es el quinto atentado en solo 18 días, sin que exista el menor indicio de quién puede estar detrás. Sin embargo, existe un gran temor entre los libaneses a que esta campaña del terror se extienda a partir de la instauración del tribunal internacional de la ONU para juzgar el asesinato del ex primer ministro Rafic Hariri, prevista para el 10 de junio, y se avecine un verano sangriento.

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