La frontera abierta de Gaza pone a Egipto frente a EEUU e Israel
La apertura de la frontera con Gaza por parte de las autoridades egipcias pone a Egipto frente a Israel y Estados Unidos, aunque la decisión haya sido bien vista en el mundo árabe.
Este viernes, tras dos días de caos y descontrol en una frontera borrada por la riada de cientos de miles de palestinos, las fuerzas egipcias han comenzado a intentar poner un poco de orden.
Tanto EEUU como Israel criticaron duramente el anuncio del presidente egipcio, Hosni Mubarak, de abrir la frontera a los palestinos de Gaza “para que puedan entrar a comprar alimentos, siempre que no traigan armas”.
La apertura había sido pedida por el movimiento islámico palestino Hamás, que controla la franja de Gaza y cuyas relaciones con el Gobierno egipcio están bajo mínimos en los últimos meses.
Para EEUU, dejar abierto y sin control el paso entre Egipto y Gaza -como viene sucediendo desde el miércoles- no hará sino propiciar el contrabando de armas y dinero para Hamás y otros grupos menores y facilitar así que sigan disparando cohetes contra Israel.
Pero en esta ocasión Mubarak no se ha plegado a las advertencias de Washington, al afirmar que “jamás permitiré que el pueblo palestino muera de hambre”.
La actual “crisis de la frontera” -apenas 12 kilómetros- se suma a los desencuentros de Egipto con EEUU e Israel también por culpa de Gaza, el último de ellos la suspensión temporal de 100 millones de dólares de ayuda estadounidense, condicionada a un control más férreo de esa frontera con Gaza y el fin total del contrabando.
El Gobierno egipcio acusó al israelí de estar detrás de esta decisión
El paso de Rafah es el único punto fronterizo entre Gaza y el resto del mundo desde que Israel impuso un bloqueo a la franja el pasado junio, cuando Hamás se hizo con el poder en el territorio tras sangrientos enfrentamientos con el movimiento nacionalista Al Fatah, que lidera el presidente palestino, Mahmud Abás.
La apertura del paso de Rafah ha vuelto a desatar los miedos a que se active la llamada “opción egipcia”, en referencia a la situación de antes de la Guerra de los Seis Días (1967), cuando la franja estaba bajo control administrativo egipcio y que tras la contienda quedó bajo la ocupación israelí.
El diario panárabe Al Hayat, en su edición de este viernes, apunta que la “opción egipcia” propiciaría a su vez la “opción jordana”, es decir, la entrega de Cisjordania al reino hachemí -también como en los años previos a 1967-, lo que sería el golpe definitivo del sueño de un Estado palestino único y viable.
El hecho de que Hamás controle la franja de Gaza, de apenas 360 kilómetros cuadrados y con más de millón y medio de habitantes, da a Israel el pretexto perfecto para aislar la zona y entregarla de facto a Egipto, comentó en El Cairo un diplomático palestino que pidió el anonimato.
“Hamás está haciendo un enorme favor a Israel con su insistencia en apoderarse de Gaza, pues le da el pretexto para separarla definitivamente de Cisjordania”, dijo por su parte Yaser Abdel Rabbo, uno de los dirigentes de Al Fatah.
Los analistas árabes han subrayado en los últimos días que el cada vez más estrecho bloqueo de la franja de Gaza ha dejado a Egipto muy poco margen de maniobra si no quiere verse acusado dentro del mundo árabe de contribuir a asfixiar a los palestinos.
Atrapado entre la presión de EEUU e Israel y la cólera y la frustración de los palestinos de Gaza, Mubarak optó por tomar lo que algunos consideran ya la decisión más crucial de sus 27 años de mandato.
De momento, lo que queda claro es que Mubarak ha adoptado la medida que menos podía disgustar a una opinión pública que, aunque pueda parecer domesticada, vive un creciente malestar con el régimen por las imparables subidas de precios en los últimos dos años.