¿Y si los griegos, como los islandeses, dicen que no?
Lo que nos están advirtiendo y gritando a los cuatro vientos los mandamases mundiales y europeos es que, si eso ocurriera, los ciudadanos griegos iban a despeñarse hasta los más profundos abismos del Hades y tirarían de nosotros para que los acompañásemos. El Presidente de la Comisión de la UE, Durao Barroso, truena como Zeus en el Olimpo. “No tienen alternativa. No hay Plan B”. “O sí, o sí” como dice el flamante nuevo presidente de la CEOE cuando le preguntan si los salarios tienen que anclarse con la productividad, en vez de con el coste de la vida como hasta ahora. (Anotemos cómo cualquier ContraReforma que se precie, tilda de antigualla inservible a todo contra lo que lucha, confundiendo groseramente lo último con lo nuevo).
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