Insulza dice que “ningún estado” reconocerá a Micheletti

WASHINGTON, 4 (EUROPA PRESS)

El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, aseguró este viernes que “ningún estado” reconocerá el Gobierno interino hondureño presidido por Roberto Micheletti, aunque defendió que el líder del Partido Nacional y ganador de los comicios del pasado domingo, Porfirio Lobo, está “en la mejor posición para iniciar esa restauración” democrática del país y superar la crisis política derivada del golpe de Estado del pasado 28 de junio.

“Él puede poner fin a la persecución en contra de José Manuel Zelaya, separarse clara y públicamente de lo ocurrido en estos meses, restablecer plenamente la vigencia de los derechos humanos y las libertades públicas y convocar a todas las fuerzas democráticas a un gran Acuerdo Nacional”, explicó Insulza al resto de países miembros de la OEA, convocados este viernes a una sesión extraordinaria para analizar las elecciones en Honduras y el rechazo del Congreso Nacional a restituir al presidente derrocado Manuel Zelaya.

El secretario general de la OEA consideró que cumplir “en este periodo intermedio” el acuerdo suscrito a finales de octubre por las partes en liza para poner fin a la crisis “contribuiría enormenente a normalizar la situación”, especialmente la creación de un Gobierno de unidad y reconciliación para evitar “que el nuevo Presidente reciba el mando de manos de los autores del golpe de estado” e impulsar “la normalización de la situación de la Embajada de Brasil y la plena libertad del Presidente Zelaya para vivir en su país, con respeto a sus derechos y sin más persecución”.

Inzulza admitió que las diferencias entre países a la hora de reconocer al nuevo Gobierno “son efectivas” aunque dejó claro que “reconocer o no a otro gobierno como legitimo es prerrogativa de todo gobierno soberano y cada uno de nuestros estados tomará libremente su decisión al respecto” e instó a los países del hemisferio representados en la organización a “enfrentar la nueva situación, manteniendo la unidad de propósito” aunque haya “perspectivas diversas” en su seno.

IMPOSIBLE VALORAR LOS COMICIOS

Inzulza asegura que dado que ni la OEA, ni la Unión Europea ni la ONU enviaron observadores a los comicios del pasado 29 de noviembre “no es posible para nosotros entregar un veredicto definitivo acerca de esta elección, que no observamos y que se produjo en circunstancias muy especiales, con estado de emergencia proclamado por el Gobierno de facto y estando pendiente el cumplimiento de los compromisos del Acuerdo Tegucigalpa San José”.

Aunque admitió que los datos de participación ofrecidos por Zelaya y la Comisión Electoral Nacional difieren los observadores presentes “no contradicen en lo fundamental las cifras oficiales, especialmente en cuanto a la proclamación como Presidente electo del Sr. Porfirio Lobo”.

Por ello, concluyó que “parece evidente que en estas circunstancias no habrá obstáculos internos a la toma de posesión, el próximo 27 de Enero, del Sr. Lobo”. “Es esa la realidad con que debemos contar y frente a ella deberán pronunciarse los países miembros de la OEA, que en sus recientes declaraciones mantienen las diferencias que habían ya aflorado en los debates previos a la elección”, precisó.

Respecto al rechazo del Congreso a restituir a Zelaya, Inzulza reconoció que esta decisión “disipó” la posibilidad de que el Congreso “permitiera generar un proceso efectivo de reconciliación anulando su decisión del 28 de junio”, fecha del golpe.

CRITICA AMENAZAS CONTRA LA RESTITUCIÓN

Asimismo, calificó de “clara amenaza” en “abierta contradicción con los estándares que rigen las debiberaciones de cualquier Parlamento” la temprana intervención del diputado del Partido Nacional y presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales, Rigoberto Chang Castillo, “quien expresó que los diputados que cambiaran su voto en relación al 28 de junio estarían ”incurriendo en un crimen violentando la Constitución y serán requeridos por el Ministerio Público“.

Aunque reconoció que “es verdad que el Acuerdo Tegucigalpa San José permitía en su texto una decisión en uno u otro sentido” sobre la restitución de Zelaya en el Congreso, consideró que “ello debía ocurrir en una sesión libre de presiones, realizada tras la formación de un gobierno de Unidad y Reconciliación Nacional”.

Inzulza lamentó que ni las elecciones ni la votación en el Congreso “no han servido para saldar la crisis de la democracia en Honduras” y, por tanto, serán necesarios “otros pasos, cuya velocidad dependerá fundamentalmente de la voluntad efectiva del nuevo gobierno a alcanzar la reconciliación nacional y específicamente de las iniciativas que el Sr. Porfirio Lobo adopte antes y después de su instalación”.

“Una elección no borra, por si sola, la deposición forzada del Presidente constitucional, su expulsión del país y su permanencia, hasta hoy, en precarias condiciones, en la Embajada cercada de un país hermano”, precisó.

PRINCIPIOS COMUNES

Asimismo, el diplomático chileno aseguró que todos los países pueden reconocerse en afirmaciones como que “ningún país del mundo ha reconocido al régimen 'de facto' de Roberto Micheletti y ninguno lo reconocerá tampoco durante su ejercicio ilegítimo en el poder” y que todos apoyan “la condena a la remoción ilegítima del Presidente Constitucional José Manuel Zelaya, calificada inequívocamente como un golpe de Estado”.

Igualmente, todos los países del hemisferio han defendido “la exigencia de restablecimiento del orden constitucional en Honduras que incluye explícitamente el retorno del Presidente Zelaya a sus funciones”, han aceptado “el total desconocimiento del régimen de facto y de sus acciones”, que las gestiones diplomáticas emprendidas para apoyar a resolver la crisis no pueden entenderse “como un reconocimiento directo o indirecto del Gobierno 'de facto'” y “la suspensión del Estado de Honduras de su participación en la OEA” a raíz del golpe.

Inzulza subrayó su creencia en que “todos” comparten “la voluntad de lograr que Honduras se reintegra lo más rápidamente al seno de la Organización de Estados Americanos” pero advirtió de que “ello sólo será posible cuando este país alcance una verdadera restauración de su régimen democrático y los efectos del golpe del 28 de Junio sean superados”.

Igualmente, que todos están dispuestos a “poner todo lo que podamos para apoyar la reconciliación nacional y el reencuentro de los hondureños en democracia”.

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