'Kristinazo' para el tercer mandato
No hizo falta ni esperar al escrutinio. Tan previsible era la victoria que, nada más cerrarse las urnas, miles de personas colmaron la plaza de Mayo para festejar la reelección de la Cristina Fernández de Kirchner, candidata del peronista Partido Justicialista, como presidenta de la República Argentina. Tras arrasar en las elecciones primarias de agosto, CFK o Kristina, como se la conoce popularmente, logró ahora un resultado histórico al acaparar el 53,76% de los votos (escrutinio al 95%, 7:00 hora canaria), muy por encima del 17,01% obtenido por el socialista Hermes Binner, del porcentaje de los restantes candidatos y, por tanto, de los requisitos para eludir la segunda vuelta. Un auténtico Kristinazo.
Ante datos tan abrumadores, Fernández, 58 años y dos hijos, recordó a sus seguidores que “en la victoria siempre hay que ser más grande, más generoso y más agradecido”, al tiempo que convocó a la “unidad nacional” de todos los argentinos para profundizar en su proyecto de centro izquierda ante la compleja coyuntura internacional. Y, sobre todo, la primera presidenta electa del país austral atribuyó el triunfo a su marido y antecesor en el cargo, Néstor Kirchner, justo en vísperas del primer aniversario de su fallecimiento: “Quiero agradecerle a alguien que ya no me puede llamar más, pero que es el gran fundador de la victoria de esta noche. Yo no me la creo, nunca me la creí ni pienso hacerlo. Sin él, sin su inconmensurable valentía y coraje, sin las cosas a las que él se atrevió, hubiera sido imposible llegar hasta aquí”, subrayó Fernández de Kirchner en su primera intervención después de conocer los resultados y antes de trasladarse a la plaza de Mayo.
Allí, frente a la presidencial Casa Rosada, la multitud también recordó al presidente que impulsó la recuperación del país tras la crisis económica, pero también política y social, a finales de 2001. “Néstor no está muerto, Néstor vive en el pueblo”, coreó una masa heterogénea de edades y estratos, aunque jóvenes de clase baja y media en su mayoría. De hecho, los dos mandatos consecutivos K se caracterizan por su esfuerzo en la redistribución del crecimiento económico, con tasas del 8% gracias a exportaciones agropecuarias y tasas proteccionistas, a través de programas sociales (asignación universal por hijo o planes de empleo) y populares (estatalización de los derechos televisivos del futbol), además de su apoyo a colectivos de defensa de los derechos humanos. Una inflación disparada, un diálogo escaso y el enriquecimiento personal oscurecen, por el contrario, el inicio del tercer periodo kirchnerista, último si no se aprueba una reforma constitucional temida por la oposición.
Precisamente, los comicios de este domingo, en los que también se renovaron parcialmente las dos cámaras legislativas y se eligieron gobernadores de nueve provincias, evidenciaron la debilidad de la oposición a Fernández de Kirchner, ya que la excesiva fragmentación de propuestas impidió una alternativa potente. En este contexto, los resultados electorales situaron al Partido Socialista, por primera vez en su historia, como segunda fuerza del país al superar a la Unión Cívica Radical de Ricardo Alfonsín, hijo del primer presidente tras el retorno de la democracia en 1983 y que obtuvo este domingo el 11,10% de los votos, pero las posibilidades de ambas formaciones de cara a las urnas de 2015 constituyen toda una incógnita. Porcentajes todavía menores de los candidatos peronistas críticos Alberto Rodríguez Saá (7,99%), exgobernador de la provincia de San Luis, y Eduardo Duhalde (5,96%), expresidente argentino durante el periodo 2002-03, mostraron la actual fragilidad de las propuestas diferentes al kirchnerismo dentro del Partido Justicialista.
En definitiva, ni dos centenares de irregularidades recabadas por la iniciativa ciudadana argentinavota.org pudieron ensombrecer la victoriosa jornada electoral de CFK. Y, de hecho, sus fieles enloquecieron una y otra vez en plaza de Mayo al escuchar la estrofa de la banda platense Estelares “hoy es el día perfecto/ todos hablan de esto/carrusel de los sueños?” Un delirio solo comparable al atronar por los altavoces el tema Avanti morocha (Adelante morena) de Los Caballeros de la Quema para rematar el Kristinazo ante la Casa Rosada: “Avanti morocha no nos llueve tanto/ no tires la toalla que hasta los más mancos/ la siguen remando”.