La muerte de dos manifestantes en Bahréin aumenta la presión sobre el Gobierno
MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
La muerte de dos manifestantes en las protestas que se están registrando en los últimos días en Bahréin han hecho aumentar este martes la presión sobre el Gobierno, con la concentración en la capital, Manama, de miles de chiíes que han reclamado la dimisión del primer ministro, jeque Jalifa bin Salman al Jalifa.
Esta mañana, la Policía había disparado contra los manifestantes que participaban en el cortejo fúnebre, de unas 2.000 personas, de uno de ellos que había fallecido previamente en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad y que ha sido identificado como Ali Mushaima.
Según ha explicado a Al Yazira la directora de relaciones exteriores del Centro para los Derechos Humanos de Bahréin, Maryam Aljawaja, “los manifestantes estaban marchando desde el hospital hasta el cementerio y fueron atacados por los antidisturbios”.
“La Policía empleó gases lacrimógenos y perdigones, haciendo un uso excesivo de la fuerza, por eso la gente resultó herida”, ha añadido. Según la cadena, al menos 25 personas han tenido que ser atendidas en el hospital por las heridas sufridas.
A continuación, los manifestantes se trasladaron hasta el centro de Manama, coreando eslóganes similares a los de las recientes revueltas en Túnez y Egipto. “La gente reclama la caída del régimen”, gritaban. Miles de personas se han congregado, según Reuters, en la céntrica Rotonda de la Perla, en las proximidades de la cual estaban aparcados decenas de vehículos de la Policía.
Los manifestantes han explicado que su principal reclamación es la renuncia del primer ministro, que ha gobernado el país desde su independencia en 1971. Tío del rey Hamad bin Isa al Jalifa, se cree que posee grandes cantidades de tierras y es considerado como un símbolo de la riqueza de la familia gobernante.
“Los manifestantes no quieren derrocar a la familia gobernante, sino el fin de este gobierno y del primer ministro”, ha explicado a Reuters Aly, de 49 años.
Asimismo, los manifestantes reclaman la liberación de los presos políticos, algo que el Gobierno se había comprometido previamente a hacer, y la redacción de una nueva Constitución. “Necesitamos un gobierno del pueblo, no sólo de la familia Jalifa”, defiende otro manifestante de la localidad chií de Karzakan, donde las protestas y los choques con la Policía son frecuentes.
EL REY PROMETE INVESTIGAR
Así las cosas, el rey de Bahréin, en una poco frecuente declaración a la nación esta tarde ha ordenado la formación de un comité para investigar los sucesos que llevaron a la muerte de los dos manifestantes. “El comité especial analizará las causas que llevaron a este lamentable incidente”, ha señalado, informa 'Gulf News'.
“La seguridad de la nación y de nuestros ciudadanos es del máximo interés y todo el mundo debería tener sus derechos”, ha añadido el monarca, prometiendo también que pedirá al Parlamento que “analice este fenómeno y sugiera propuesas para abordarlo por el bien del país”. El comité estará dirigido por el viceprimer ministro primero, el chií Jawad al Arayyadh.
Asimismo, el rey Hamad ha defendido que Bahréin es un estado de derecho. “La libertad de expresión está garantizada por la Carta Nacional de Acción (Constitución) y la Constitución y está regulada por la ley, que debe ser respetada por todos”, ha recordado.
Por su parte, el Ministerio del Interior ha reconocido que la muerte del segundo manifestante, Fadhel al Matrook, se produjo durante el funeral del primero, que había fallecido ayer en la localidad de Daih, en un enfrentamiento entre una patrulla policial y los asistentes.
Asimismo, ha anunciado que se ha abierto una investigación y que varios agentes resultaron heridos, después de que los manifestantes les lanzaran piedras y cócteles molotov.
Según ha explicado a Reuters el parlamentario Ibrahim Mattar, miembro del partido chií Wefaq, la Policía había intentado dispersar el cortejo fúnebre empleando gases lacrimógenos, pero los asistentes se reagruparon y continuaron su marcha.
LA OPOSICIÓN CHIÍ ABANDONA EL PARLAMENTO
Precisamente, el partido Wefaq ha anunciado este martes que suspendía sus actividades en la Cámara Baja. El partido, que tiene el mayor bloque parlamentario ya que ocupa 18 de los 40 escaños, explicó que su decisión se debía a la muerte de los dos manifestantes.
“Éste es el primer paso. Queremos que haya un diálogo”, ha afirmado el diputado Ibrahim Mattar, que ha añadido que Wefaq decidirá “en los próximos días” si continúa en el Consejo de Representantes (la Cámara Baja) o si se retira.
El partido, el único de oposición en la Cámara Baja, ya había suspendido sus actividades durante varias semanas en el periodo legislativo entre 2006 y 2010, cuando entró por primera vez. Uno de sus principales dirigentes, Jalil Marzouk es vicepresidente de la Cámara, lo que le ha permitido presidir en varias ocasiones las sesiones.