La OTAN mata a 130 insurgentes talibanes en los tres últimos días
Una ofensiva de la OTAN y fuerzas afganas contra posiciones talibanes en la provincia de Herat ha dejado en los últimos tres días más de 130 insurgentes muertos, los últimos 87 este domingo, según informó este lunes la comandancia de EEUU.
Los ataques más recientes tuvieron lugar en el valle de Zerkoh, en el sureste de la provincia, donde una patrulla de reconocimiento de fuerzas especiales estadounidenses, soldados de las tropas internacionales y la Policía afgana detectó “varias posiciones talibanes”.
Ello dio lugar a un combate que se prolongó durante catorce horas y en el que los militares utilizaron fuego de mortero, granadas y armas ligeras, antes de que llegaran refuerzos terrestres y aéreos, señala un comunicado de las fuerzas estadounidenses.
“Un total de siete posiciones enemigas fueron destruidas y 87 combatientes talibanes murieron”, según el documento, que asegura que no se produjeron víctimas civiles y no informa sobre si hubo bajas entre las tropas.
Este combate tuvo lugar sólo 48 horas después de otra refriega en la misma zona en la que fuerzas de la OTAN y del Ejército afgano abatieron a otros 49 rebeldes, entre ellos “dos líderes talibanes locales” cuya identidad no se ha dado a conocer, al tiempo que perdió la vida un soldado estadounidense.
Los ataques de los últimos días han causado el mayor número de bajas talibanes en lo que va de año en Herat, donde se encuentra la Base de Apoyo Avanzado (FSB) que lidera España, con 430 militares, el grueso del contingente español en Afganistán.
La zona vivió el año pasado una relativa tranquilidad en comparación con las provincias meridionales del país asiático, en especial Helmand y Kandahar, donde la insurgencia concentró sus actividades.
Pero en los últimos meses ha aumentado la violencia y, según advirtieron este mes los servicios secretos militares de Italia -país que también tiene tropas en Herat-, todo apunta al “recrudecimiento de la actividad militar y violenta” por la “mayor actividad de las fuerzas contra la coalición internacional”.
De hecho, según los servicios secretos italianos, las operaciones de la OTAN en el sur de Afganistán contra los rebeldes podrían hacer que los insurgentes se desplazaran a otras áreas, entre estas Herat.
En la zona meridional de Afganistán está en marcha la llamada Operación Aquiles, la mayor ofensiva conjunta lanzada por la OTAN y las fuerzas afganas, en la que participan unos 5.500 militares con el objetivo de expulsar a los talibanes.
En el marco de esta operación, los militares lograron avanzar a principios de mes al centro del distrito de Sangin, un antiguo feudo rebelde, donde en las últimas tres semanas más de 150 talibanes y “combatientes extranjeros” han perdido la vida en enfrentamientos con los militares, según informó este lunes la comandancia de EEUU.
“Hemos eliminado efectivamente al grueso de los combatientes talibanes que amenazaban a los civiles”, explicó un comandante de las fuerzas especiales estadounidenses, citado en un comunicado militar.
En Sangin, las fuerzas internacionales lanzaron este lunes la llamada misión Silicon, liderada por las tropas británicas, una “maniobra táctica” que forma parte de la Operación Aquiles, dijo el portavoz del comando sur de las Fuerzas para la Asistencia a la Seguridad (ISAF) Stefan Grenier.
El distrito de Sangin es colindante al de Kajaki, un lugar estratégico donde se está construyendo una presa que dará electricidad a 1,8 millones de habitantes de Helmand y la vecina Kandahar y cuya seguridad es un objetivo prioritario de la Operación Aquiles.
En Afganistán han muerto en lo que va de año unas 700 personas a causa de la violencia, que se suman a las cerca de 4.400 que perecieron el año pasado, el más violento desde la caída del régimen talibán en 2001.