Un parlamentario bahreiní pide la expulsión del embajador iraní
MANAMA, 19 (EUROPA PRESS)
El parlamentario bahreiní Abdulá bin Hawalli ha solicitado la expulsión del embajador iraní en el país y ha criticado la actuación de la ONG Human Rights Watch (HRW) en las revueltas en el país, según ha informado la cadena de televisión Al Arabiya.
Bin Hawalli ha señalado que la Embajada iraní está participando activamente en la promoción de las revueltas y que el embajador trabaja como informador en el país. Asimismo, ha asegurado que la oposición se ha reunido con él y le ha falicitado su agenda de actividades, lo que ha valorado como una interferencia en los asuntos bahreiníes.
El parlamentario ha afirmado que la posición del Gobierno es la de proteger a sus ciudadanos y defender la seguridad del país. En cualquier caso, ha apuntado que Irán no representa una verdadera amenaza para el país a día de hoy.
Asimismo, ha solicitado a HRW que cumpla con su labor y clarifique las circunstancias del fallecimiento de un policía nacional, atropellado varias veces hasta la muerte, “hasta que el mundo conozca lo que está ocurriendo realmente en Bahréin”.
Por su parte, el ministro de Exteriores, jeque Jaled bin Ahmad bin Muhamad al Jalifa, también ha acusado a Irán de interferir en los asuntos internos de Bahréin con sus declaraciones, donde la población es mayoritariamente chií, y ha asegurado que el Gobierno hizo todo lo posible para garantizar el diálogo, pero la oposición lo ha rechazado.
Asimismo, el jeque Jaled anunció el viernes la llegada de más tropas de los países del Golfo a la isla, pero ha asegurado que estos efectivos no participarán en la restauración del orden sino en vigilar lugares estratégicos. “Miramos con toda la confianza a la vuelta la normalidad en Bahréin”, ha señalado el jeque Jaled, asegurando que el Gobierno sabe que “el diálogo es nuestro camino”.
Según el ministro, tres o cuatro países del Golfo van a enviar tropas y estas fuerzas permanecerán en el país mientras sea necesario para restaurar el orden en el reino, gobernado por la familia Al Jalifa, de confesión suní. Los efectivos extranjeros tendrán un papel limitado a vigilar lugares estratégicos como instalaciones petroleras, ha explicado en rueda de prensa.