Pocas esperanzas de entendimiento entre Marruecos y el Polisario
Marruecos y el Frente Polisario reabrieron este lunes el diálogo bajo mediación de la ONU sobre el futuro del Sáhara Occidental, sin indicios de acercamiento en sus posiciones y con la posibilidad de que un fracaso en estas negociaciones desemboque en una vuelta a la lucha armada.
Las dos delegaciones empezaron en la noche de este lunes su tercera ronda de negociaciones con una cena en el complejo Greentree de la localidad de Manhasset, en las afueras de Nueva York, que ha sido el escenario de las dos reuniones previas mediadas por el enviado especial de la ONU, Peter van Walsum.
“Marruecos viene con una fe extraordinaria y firmemente decidida a llegar a una solución definitiva para el conflicto del Sáhara”, aseguró antes de que comenzara la reunión el presidente del Consejo Real Consultivo para los Asuntos del Sahara (Corcas), Jalihenna Ould Rachid.
Añadió que el deseo de la delegación marroquí es que “las otras partes, el Frente Polisario y Argelia, tengan la misma voluntad, aunque hasta ahora no lo han demostrado, ya que están pidiendo cosas imposibles”.
El presidente del Corcas reiteró que la única propuesta que Marruecos está dispuesto a negociar es la de conceder la autonomía a la ex colonia española, una idea que Rabat ya presentó el año pasado.
Al respecto el coordinador del Polisario para la Misión para el Referéndum en el Sáhara Occidental (Minurso), Khadad Mhamed, recordó que el “Consejo de Seguridad ha rechazado en dos ocasiones que sólo se discuta sobre autonomía” y defendió que “hay dos propuestas sobre la mesa que tienen el mismo valor y se las debe tratar de la misma manera”.
También en declaraciones previas al comienzo de la reunión, añadió que “estamos aquí con toda la voluntad del mundo, sin chantajear a nadie, para concretar una paz justa”.
Ban Ki-moon
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, apeló en una declaración divulgada por su portavoz, Michele Montás, a que las dos partes “aprovechen al máximo la ronda de conversaciones de esta semana para progresar hacia una fase más sustantiva e intensa de discusiones”.
“El secretario general reconoce que tomará tiempo y paciencia negociar una solución mutuamente aceptable a esta larga disputa”, indicó la portavoz.
Al igual que en las rondas celebradas en junio y agosto de 2007, la delegación de Marruecos está encabezada por el ministro del Interior, Chakib Benmusa, mientras que la del Frente Polisario por uno de sus representantes más destacados, Mahfud Ali Veiba.
La actual cita, que se alargará hasta este miércoles y que también contará con la representantes de Argelia y Mauritania, se produce en medio de un aumento de la tensión entre Rabat y los independentistas saharauis, particularmente tras la advertencia del Polisario en su XII Congreso de diciembre de que está dispuesto a librar “una larga guerra” si fracasan las negociaciones.
En un encuentro previo con la prensa, Ban declinó este lunes valorar la posibilidad de que los independentistas saharauis abandonen el alto el fuego supervisado por la ONU desde 1991.
“Es un tema complicado y laborioso, y espero que esta vez se puedan conseguir avances en este tema”, agregó.
Al respecto, el presidente del Corcas apuntó que esa amenaza es “una presión inaceptable sobre la ONU y sobre las partes”.
En cambio, Khadad Mhamed defendió que su puesta en práctica “depende de la comunidad internacional”, ya que “nosotros llevamos esperando dieciséis años (desde que se creó la Minurso) a que se terminen las negociaciones”.
Los independentistas saharauis reclaman que la resolución 1.754 que dio origen al presente diálogo exige negociar de “buena fe” y “sin condiciones previas” todas las opciones sobre la mesa.
Marruecos acude a la mesa de negociaciones tras presentar una queja al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, por la celebración en diciembre del Congreso del Polisario en la localidad de Tifariti.
La región es considerada por Marruecos una “zona tapón”, no armada, entre el Sahara Occidental y la frontera argelina, y a juicio de las autoridades marroquíes la celebración del Congreso supuso una “violación del alto el fuego”.