Raúl Castro, dispuesto a negociar sus diferencias con EEUU
Fidel Castro fue el gran ausente del homenaje que le rindieron este sábado las tropas cubanas con un desfile militar en el que el ministro de Defensa y presidente interino, Raúl Castro, lanzó un mensaje conciliador a EEUU para resolver sus diferencias en la “mesa de negociaciones”.
Más de 300.000 personas, según fuentes oficiales, se concentraron en la emblemática Plaza de la Revolución de La Habana para rendir homenaje a Fidel Castro por su 80 cumpleaños y conmemorar el 50 aniversario de la creación de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) con un gran desfile militar, el primero de estas características en una década.
La ausencia de Fidel Castro, que dejó el poder hace cuatro meses por una enfermedad declarada “secreto de Estado”, defraudó a muchos de los asistentes, que confiaban en ver de nuevo este sábado al líder cubano vistiendo su uniforme verde olivo y al frente de sus tropas.
En su lugar, el acto estuvo presidido por Raúl Castro, que no dio explicación alguna sobre la ausencia del jefe de la revolución y aprovechó esta especial ocasión para tender puentes con Estados Unidos, el principal enemigo de la revolución cubana.
“Sirva la oportunidad para nuevamente declarar nuestra disposición de resolver en la mesa de negociaciones el prolongado diferendo entre Estados Unidos y Cuba”, dijo Raúl Castro.
El ministro de Defensa condicionó la oferta a que Washington acepte “nuestra condición de país que no tolera sombras a su independencia y sobre la base de los principios de igualdad, reciprocidad, no injerencia y respeto mutuo”.
Después de casi medio siglo de conflicto “estamos dispuestos a esperar pacientemente el momento en que se imponga el sentido común en la conducta de los símbolos del poder en Washington”, agregó.
La propuesta es muy similar a la lanzada por el propio Raúl Castro a EEUU a mediados de agosto, apenas unas semanas después de asumir provisionalmente el poder por la enfermedad de Fidel Castro y coincide con el triunfo demócrata en las dos cámaras estadounidenses en las elecciones del 7 de noviembre.
Negociación con condiciones
No obstante, advirtió Raúl Castro, “proseguiremos consolidando la invulnerabilidad de la nación sobre la base de la guerra de todo el pueblo”.
“Continuaremos elevando la preparación y cohesión combativa de las tropas regulares y sus reservas” y “seguiremos acondicionando el teatro de operaciones militares y la modernización de los medios de combate (...) para hacerlas corresponder con el empleo previsto en caso de una agresión”, insistió.
“Preservaremos al precio que sea necesario la libertad del pueblo y soberanía e independencia de la patria”, afirmó Raúl Castro, que denunció el “fracaso de las políticas aventureras de la actual administración norteamericana” y consideró que el Gobierno de EEUU “se encuentra ante una encrucijada sin salida” tras el fracaso de la guerra en Irak.
“La llamada cruzada contra el terrorismo se encamina inexorablemente a una derrota humillante”, declaró el general Castro, convencido de que el pueblo norteamericano, “al igual que hizo en Vietnam, pondrá fin a estas guerras injustas y criminales”.
Raúl Castro se refirió también a la política interna para ratificar “la unidad monolítica del pueblo, ejército y partido” en Cuba, “nuestra principal arma estratégica que ha permitido a esta pequeña isla resistir y vencer tantas agresiones del imperialismo y sus aliados”, dijo.
El desfile militar multitudinario permitió al ejército de la isla mostrar buena parte de su arsenal bélico, tanto para mostrar a los cubanos las armas de que disponen para su defensa como para conocimiento de los enemigos del país.
Vehículos acorazados modernizados de la época soviética, lanzacohetes de fabricación nacional, helicópteros y aviación formaron parte del desfile que, durante poco más de media hora, mostró el aparato defensivo del país para la denominada “Guerra de Todo el Pueblo”, una estrategia de guerra popular adoptada por el Gobierno cubano en los años 80.