La reaparición de Salé consolida la división entre los yemeníes
SANÁ, 8 (Reuters/EP)
La reaparición el jueves del presidente yemení, Alí Abdula Salé, en un discurso televisado tras el ataque que sufrió en el palacio presidencial de Saná el pasado 3 de junio, ha llevado a sus seguidores a manifestarse en las calles para celebrar su recuperación y ha provocado que sus detractores concluyan que no tiene ninguna voluntad de abandonar el poder.
Salé, que permanece ingresado en un centro hospitalario de Riad (Arabia Saudí) recuperándose de las graves quemaduras que sufrió en el ataque, apareció ayer en la televisión estatal visiblemente debilitado y con las manos y los brazos vendados.
Mientras se recupera en Arabia Saudí, Salé continúa aferrado al poder a pesar de la presión internacional y de los seis meses de manifestaciones para exigir su salida del poder, que ejerce desde hace 33 años.
Los veteranos presidentes de Egipto y Túnez, Hosni Mubarak y Zine al Abidine Ben Alí, abandonaron sus cargos por la presión de las manifestaciones en su contra, mientras que Salé ha demostrado ser un superviviente político y ha rechazado en tres ocasiones el plan de transición propuesto por los países del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC).
Los manifestantes yemeníes, que confiaban en haber visto por última vez al presidente cuando partió con destino a Arabia Saudí, han asegurado que su discurso de este jueves no ha supuesto ninguna aportación para superar la actual crisis política.
“Su discurso no ofreció nada nuevo. Es lo que mismo que solía decir antes del ataque. No sientes que haya un compromiso real de transferir el poder sino más bien que la situación está llegando a un punto cero”, ha afirmado el líder del principal partido de la oposición yemení.
En una muestra de desafío, Salé, que apareció en la televisión estatal con las manos y los brazos vendados, aseguró que afrontará cada desafío con nuevo desafío, una expresión que suele utilizar en sus discursos.
“No estamos en contra de la participación, apoyamos la participación de todos los poderes políticos pero a luz del programa que el pueblo acuerde”, advirtió Salé.
Los partidarios del presidente yemení se han mostrado eufóricos tras su reaparición y lo han celebrado lanzando fuegos artificiales en el capital yemení.
“Cuando le vi, estuve seguro de que regresará y expresé mi alegría disparando 30 balas al aire con mi rifle”, ha explicado Shayef Abdulá. “No dormí por la alegría. Hemos ganado a aquellos que piensan que el presidente no volverá”, ha subrayado.
Tanto Arabia Saudí como las potencias occidentales están deseando poner fin a la crisis en Yemen por el temor a que la red terrorista aproveche el vacío de poder en el sur del país, desde donde ya ha lanzado ataques terroristas contra intereses de Estados Unidos.
Los detractores de Salé, quien se ganó el apoyo de Estados Unidos por su lucha contra Al Qaeda, mantienen que el presidente yemení ha dejado que los terroristas lleven la delantera en el sur para convencer a Estados Unidos y Arabia Saudí de que debe permanecer en el poder para impedir que los milicianos controlen el país.
El líder de un partido socialista opositor ha asegurado que el hecho de que Salé no haya mencionado a Al Qaeda en su último discurso apuntaría a la hipótesis de que quiere mantenerse en el poder para impedir que la red terrorista controle el país. “Evitó mencionar a Al Qaeda, lo que refuerza la convicción de que ha entregado las provincias del sur a elementos de esta organización”, ha afirmado Mohammed Ghalib Ahmed.
En los últimos meses, milicianos islamistas y terroristas de Al Qaeda se han hecho con el control de dos ciudades de la provincia de Abyan, en el sur del país, incluida su capital, Zinjibar.