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Los rebeldes libios apoyan una zona de exclusión aérea

RAS LANUF (LIBIA), 8 (Reuters/EP)

Reino Unido y Francia siguen encabezando la campaña en el seno de Naciones Unidas en favor de la imposición de una zona de exclusión aérea en Libia, mientras que los rebeldes que combaten al régimen de Muamar Gadafi apoyan la zona de exclusión, pero siguen oponiéndose a la intervención militar directa.

Entretanto, los enfrentamientos se han convertido en una sucesión de ataques y contrataques por el control del suministro petrolero y de las zonas de enlance entre el este y el oeste. Saaid Gadafi, uno de los hijos del líder libio, ha advertido de que su padre aún “no ha planteado plena batalla a los rebeldes” y que el país caerá en la guerra civil si “algo le sucediera al líder”.

La Casa Blanca se ha echado atrás en sus iniciales pretenciones de intervención militar directa y desde diversas fuentes se especula que las potencias occidentales no se arriesgarán a intervenir sin estar plenamente seguras de que cuentan con el apoyo de la población libia, a fin de evitar que se les acuse de imperialistas.

Según el corresponsal de la BBC en la zona rebelde de Libia, la población local no entiende las reticencias de la comunidad internacional para declarar la zona de exclusión aérea, pero de ningún modo está dispuesta a aceptar la presencia de tropas extranjeras en su país.

Entretanto, la población civil de Misrata y Zawiyah está rodeada por las tropas de Gadafi y la aviación ha bombardeado la ciudad de Ras Lanuf, donde se encuentra una importante terminal petrolera. Los ataques aéreos y las operaciones de contraataque apuntan a un conflicto armado cada vez más duro y prolongado.

Los enfrentamientos armados por el control de las terminales petroleras se han convertido en una sucesión de ataques y contraataques entre el ejército rebelde, formado por jóvenes voluntarios y militares desertores millas, y las fuerzas de Gadafi, en la desértica zona de amortiguamiento entre el este y el oeste del país.

Los puertos petroleros de Ras Lanuf y Brega, ambos en el este, han sido cerrados a causa del conflito y fuentes de los rebeldes han advertido a Reuters del riesgo de que Gadafi ataque los yacimientos petrolíferos en el marco de su ofensiva para recuperar el control de las ciudades que han caído en manos de los opositores a un lado y otro del país. En cambio, los puertos petroleros de Trípoli, Joms y Zawiya --en el oeste-- y de Benghazi y Tobruk --en el este-- continúan abiertos, pese a las dificultades.

En estas circunstancias, los rebeldes del este de Libia temen quedarse sin petróleo en el plazo de una semana y ya están notando la falta de suministro de combustible en Benghazi, principal bastión insurgente. La oposición requiere de un suministro constante de crudo para poder financiar las operaciones contra el régimen de Muamar Gadafi y ya se plantea la posibilidad de importar combustible, probablemente de refinerías de Italia.

LA MARCHA DE GADAFI

Dos periódicos árabes y la cadena de televisión Al Yazira han asegurado que Gadafi está buscando un acuerdo para renunciar al cargo a cambio de que se permita a su familia seguir en Libia con todas sus riquezas intactas.

Estas informaciones no han sido confirmadas. El corresponsal de la BBC las ha puesto en duda y ha recordado que Gadafi ha insistido en numerosas ocasiones en que no ocupa un cargo del que pueda dimitir y que el líder libio tampoco necesita permiso de nadie para abandonar su propio país.

Uno de los hijos de Gadafi, Saadi, ha declarado a Al Arabiya que su padre aún no ha planteado plena batalla a los rebeldes a fin de evitar una intervención exterior y proteger las “zonas delicadas”.

“Todas las tribus están armadas, el Ejército libio tiene sus fuerzas y la región del este está armada. La situación no se parece a las de Túnez o Egipto”, advirtió. “Si algo le sucediera al líder, nadie tendría el control y comenzaría la guerra civil”, agregó.

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