Los rebeldes mandan una lista del armamento que necesitan

MADRID, 12 (OTR/PRESS)

Los propios rebeldes piden más. Y no sólo se refieren a los esfuerzos para proteger a los civiles, sino que también reclaman que la comunidad internacional dé un paso adelante y les ceda armamento. “Esperamos de todo el mundo apoyo total a la resolución 1973, sobre todo para la protección de los civiles”, dijo Ali Essawi, responsable de Exteriores del Consejo Nacional Libio, después de un encuentro informal con los Veintisiete en Luxemburgo.

Según explicó, 10.000 personas han muerto a manos de las fuerzas del régimen de Muamar Gadafi desde el inicio del conflicto. Otras 20.000 personas están desaparecidas y hay unos 30.000 heridos, 7.000 de ellos de gravedad. Por ello, los sublevados solicitan “más esfuerzos” para proteger al pueblo.

El 'ministro' explicó que la propuesta de alto al fuego de la Unión Africana se rechazó porque los rebeldes no aceptarán ningún plan que no incluya la salida del poder de Gadafi y sus familiares, incluidos sus hijos. Franco Frattini, su 'homólogo' en Italia, explicó que la oposición libia tiene “una hoja de ruta muy precisa”.

Tanto es así que, “en dos semanas”, podrían estar en condiciones de crear la Asamblea Constituyente, encargada de preparar una nueva Carta Magna, así como elecciones parlamentarias y después presidenciales. Lo afirmó después de la reunión, cuando reconoció que el debate sobre qué hacer con los fondos de Gadafi sigue sobre la mesa.

La propia Italia y Francia se encuentran entre los países que reconocen como legítimo representante de Libia al Consejo Nacional. Por tanto, están entre los destinatarios de la lista en la que los rebeldes especifican qué armas necesitan: “Hemos enviado una lista del material militar y técnico que necesitamos”, dijo el portavoz Abdel Hafiz Ghoga.

OTAN AFRONTA LAS CRÍTCAS

Francia criticaba a la OTAN, porque considera que no está esforzándose lo suficiente para proteger a la población civil libia de las consecuencias del conflicto armado. La Alianza se defendía después de los ataques: “Con los medios que tenemos, hacemos un gran trabajo”. Mientras, los rebeldes contactaban con los países que reconocen la legitimidad del Consejo Nacional (entre ellos, el galo) y les enviaban una lista que detalla el armamento que necesitan, el militar y el técnico. Este sector reclama a la comunidad internacional “más esfuerzos” para proteger a la población civil.

“Con los medios que tenemos, hacemos un gran trabajo. Estamos cumpliendo nuestra misión. No nos compete decir que queremos más”. El general Mark van Uhm, jefe de operaciones del cuartel general militar de la OTAN, respondió así a Francia, cuyo titular de Asuntos Exteriores, Alain Juppé, había dicho horas antes que lo que hace la Alianza en Libia “no es suficiente”.

Según el ministro, “la OTAN debe cumplir su papel plenamente”. Esto “requiere que asuma el liderazgo de las operaciones, tal como hemos aceptado”. Desde su punto de vista, la Organización “debe impedir que Gadafi utilice su armamento pesado para bombardear a las poblaciones”.

“Tenemos 200 aviones. Podemos llevar a cabo operaciones manteniendo un ritmo operativo elevado, utilizando los medios que tenemos a nuestra disposición”, dijo Carmen Romero, portavoz de la Alianza. No obstante, el propio Mark van Uhm afirmó que “si te dan más, puedes hacer más”.

Romero defendió que “no puede haber una solución militar exclusiva”, por lo que la OTAN permanece “comprometida con una solución política y global”. No obstante, seguirá aplicando la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU “con rigor”, mientras “haya amenazas” del régimen contra la población civil.

A la Organización también le llegaron críticas desde el Reino Unido, partidario de que “mantenga e intensifique” sus esfuerzos, como hizo saber William Hague, responsable de Exteriores. Por este motivo, el país británico pondrá a disposición de la Alianza aviones de ataque “adicionales”, para compensar la retirada de los 50 aviones de combate de Estados Unidos, que quiere reducir su presencia en Libia.

MUSA KUSA SE REUNIRÁ CON LOS REBELDES

El grupo internacional de contacto sobre Libia se reunirá este miércoles en la capital de Qatar para analizar el futuro del país norteafricano. Musa Kusa, ex ministro de Asuntos Exteriores libio, no participará en el evento, pero se reunirá con las partes para dar su opinión al respecto. Por ello, salió de Londres este martes, en dirección a Doha, informó el Ministerio de Exteriores británico.

El ex integrante del equipo de Gadafi se refugia en Reino Unido desde el 30 de marzo, después de haber dimitido. La Policía escocesa lo interrogó más tarde por el atentado de Lockerbie (1988), en el que murieron 270 personas. A pesar de ello, un portavoz gubernamental aseveró que “es un individuo libre que puede viajar desde y hacia Reino Unido como desee”.

En el lado opuesto, Robert Halfon, parlamentario conservador, explicó a la BBC. “Es muy importante que nuestro país no se convierta en una sala de tránsito para presuntos criminales de guerra”; “tenemos que dejar claro al resto del mundo que no podemos tolerar esto”.

BREGA, AJDABIYA Y MISRATA, AMENAZADAS

El general Mark van Uhm reconoció que Brega, Ajdabiya y Misrata siguen siendo las “tres ciudades bajo mayor amenaza”. Sin embargo, agregó que los opositores controlan Ajdabiya. Las informaciones que llegan desde Libia confirman que Misrata vivió este martes intensos combates, que causaron víctimas, aunque no se sabe cuántas, explicó el portavoz sublevado Mohamad Abu Shaara.

También hubo bombardeos en la ciudad en principio controlada. Reuters comprobó sobre el terreno que el estratégico enclave rebelde sufrió la 'ira' de Gadafi. A lo largo de este martes, los periodistas de la agencia escucharon, al menos, ocho explosiones.

Hasta Trípoli llegó, también este martes, un diplomático del Ministerio de Asuntos Exteriores español que gestionará la liberación de Manuel Varela de Seijas 'Manuel Bravo'. Las fuerzas de Gadafi arrestaron al fotógrafo a principios de la semana pasada, junto a los reporteros estadounidenses James Foley y Clare Morgana Gillus y el también fotógrafo sudafricano Anton el Harmmel.

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