El avión siniestrado en Irán pudo sufrir un fallo técnico

El avión Tupolev de la aerolínea iraní Caspian Airline que se estrelló este miércoles en el noroeste del país poco después de haber despegado pudo haber sufrido un fallo técnico que hizo que el aparato se incendiara en pleno vuelo, según informaron las autoridades locales, que ya han descartado encontrar supervivientes.

En el avión viajaban 168 personas, concretamente 153 pasajeros y 15 tripulantes, y hacía 16 minutos que había despegado del aeropuerto internacional Imán Jomeini, en Teherán, para cubrir el trayecto hasta Ereván, capital de Armenia.

“A bordo del avión había 151 adultos, dos niños y 15 miembros de la tripulación”, explicó a Reuters un representante de Caspian Airlines, Arlen Davudyan, desde el aeropuerto de Ereván, donde se habían empezado a congregar familiares de las víctimas para saber qué ha pasado. Davudyan afirmó que entre 20 y 25 pasajeros eran ciudadanos armenios.

Unos “15 ó 16 minutos después de que despegara el avión, se cayó cerca de la ciudad iraní de Qazvin, a unos 150 kilómetros al norte de Teherán”, añadió Davudyan, al tiempo que indicó que el aparato era un Tu-154 y que las causas del accidente todavía no están claras, ya que la caja negra aún no ha sido encontrada.

Pero Sirous Saberi, responsable del Gobierno de la provincia de Qazvin, subrayó que el avión había experimentado una serie de problemas técnicos y que, por ello, el piloto había intentado realizar un aterrizaje de emergencia. “Desafortunadamente, el avión se incendió en el aire y se estrelló”, declaró a la agencia semioficial Fars.

La televisión iraní ha emitido ya las primeras imágenes de los restos del fuselaje del aparato y algunos restos humanos. Otra agencia semioficial, Mehr, publicó después que ocho miembros del equipo nacional juvenil de yudo y dos de sus entrenadores iban a bordo.

Es el tercer accidente mortal de un Tupolev de este mismo modelo en Irán desde el año 2002, así como el primer siniestro de un avión en la República Islámica desde 2003, cuando un Ilyushin Il-76 --también de fabricación rusa-- se estrelló contra una montaña.

“Ha sido un gran desastre, con partes del aparato desperdigadas por un área de 200 metros cuadrados. Hubo una explosión que dejó un cráter de diez metros de profundidad en el suelo. No había nada que pudiéramos hacer. Intentamos apagar el fuego lo mejor que pudimos”, explicó uno de los bomberos a la televisión estatal Press TV.

Por su parte, el comandante de la Policía de Qazvin, Masud Jafarinasab, declaró a la agencia Fars que el avión quedó “totalmente destruido” y que los cadáveres están “completamente calcinados y destruidos”. “Todos los que iban a bordo han muerto”, añadió.

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