Los Pescantes: el principio del fin de un aislamiento

Antigua fotografía del pescante de Hermigua

MIGUEL ÁNGEL MORALES MORA

VALLEHERMOSO —

Como se ha puesto de manifiesto en múltiples publicaciones de todo tipo, La Gomera ha sido una isla aislada exterior e interiormente hasta mediados del siglo XX y la única isla canaria sin aeropuerto hasta finales de ese siglo.

En la publicación de la profesora Gloria Díaz Padilla 'Pescantes de La Gomera' (2008) se dice: “...La Gomera es una isla de Canarias que se caracteriza por su alto y abrupto relieve. Esta circunstancia ha influido poderosamente tanto en el hábitat, como en la dispersión de los recursos y en la dificultad de las comunicaciones... Así muchos autores han puesto de manifiesto la secular incomunicación que ha padecido La Gomera hasta épocas recientes”.

En cuanto a las comunicaciones marítimas, se puede decir que, hasta la entrada en servicio del actual muelle de San Sebastián en 1955, sólo existían pequeños muelles, embarcaderos y pescantes diseminados por toda la isla: muelle de La Cueva del Conde y desembarcadero de La Hila en San Sebastián; La Cantera en Alajeró; Lorenzo (o Rosenzo) y el Peñón en Hermigua; El Guindaste, El Palillo, La Rajita, Arguamul y Alojera en Vallehermoso; Clavitos y el muelle de Vueltas en Valle Gran Rey.

Pero fueron los pescantes establecidos en los municipios norteños de Vallehermoso (El Guindaste), Agulo (Piedra Rosa) y Hermigua (El Peñón) , construidos entre 1907 y 1911, los que van a proporcionar un salto cualitativo en el desarrollo demográfico, económico y de las comunicaciones a La Gomera.

Antes del establecimiento de estos pescantes, en los embarcaderos de Hermigua, solo se podían cargar unos 400 bultos en dos días y en las condiciones más favorables; después del pescante se llegaron a embarcar entre cinco y seis mil bultos al mes. Los Ingresos económicos de Hermigua, en 1926, son de 20.190,52 pts., seguido de Vallehermoso con 11.756,69 pts. y S. Sebastián, ya a mayor distancia, con 8.216,34 pts.

En Agulo, se realizan varias obras, entre 1906 y 1911 (el pescante está operativo en 1909), que ponen al municipio en una dinámica óptima: instalación del agua a presión, camino vecinal a Hermigua y comunicación telefónica. Mientras, en Vallehermoso comienza la recuperación tras la crisis del vino que se había producido en el siglo XIX como consecuencia del fin del comercio con Inglaterra. Entre 1904 y 1911, fecha en la que ya está operativo el pescante de El Guindaste, se inician los nuevos cultivos de plátanos y tomates y se instala el alumbrado público eléctrico (donación del entonces alcalde D. José Cabrera González).

En cuanto a las comunicaciones terrestres, hay que tener en cuenta que en 1890, finales de siglo XIX, no existía en La Gomera un solo kilómetro de carreteras construido ni un solo vehículo automóvil, tal y como lo recoge en su diario el inglés John Whitford. La existencia de los pescantes, fuerzan la necesidad de construir vías terrestres que faciliten el acceso a los mismos.

Desde el Cabildo Insular, constituido en 1913, se solicita la construcción de los caminos vecinales que unirían los núcleos urbanos de Vallehermoso, Agulo y Hermigua con los pescantes situados en El Guindaste, Piedra Rosa y El Peñón, que no se verían terminados hasta la década de los 30 por dejadez administrativa y diversos impedimentos.

Surgen núcleos urbanos en las playas de Vallehermoso y Hermigua, como necesidad de mantener cerca de las estructuras de los pescantes casas de familia, almacenes y establecimientos de restauración.

A partir de aquí, se produce una evolución imparable en las comunicaciones de La Gomera: en 1949 se termina la carretera que une San Sebastián con Vallehermoso (pasando por Hermigua y Agulo), en 1955 comienza a estar operativo el muelle actual de S.Sebastián, en la década de los 70 están ya terminadas las principales carreteras de la isla y en 1999 se construye el aeropuerto de Alajeró.

De esta forma, cuando en 1954 un temporal de mar termina con los pescantes de Vallehermoso y Agulo, ya no son necesarios por haber sido sustituidos por unas infraestructuras mucho más ágiles y que permitían una comunicación más rápida y de mayor calidad.

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