“En La Palma faltan propuestas culturales menos complacientes y más combativas”
Conocí a Patricia Figuero hace algún tiempo, subida en las tablas de algún escenario que ella misma encantaba. Con su impro ha logrado embellecer las palabras sentidas de su público. Sus talleres son impulsos a la cultura, desde la imaginación, las emociones y una alta dosis de creatividad literaria. El amor, la poesía, la lucha y la perseverancia, así es el diálogo con Patricia.
-Me viene al corazón este soneto de Lope de Vega: Hermosa babilonia, en que he nacido para fábula tuya tantos años, sepultura de propios y de extraños, centro apacible, dulce y patrio nido.Hermosa babilonia, en que he nacido para fábula tuya tantos años, sepultura de propios y de extraños, centro apacible, dulce y patrio nido.
-Nací en Madrid y crecí en un barrio obrero, en un bloque de edificios literalmente gris. Literalmente feo. Diría, eso sí, que era un barrio alegre, llenísimo de niños y niñas, que pasábamos las tardes enteras jugando en la calle, en los columpios de metal oxidado, compartiendo las bicicletas y las ganas de correr y dibujando con tiza en el asfalto.
-Vaya, No tengo nada con qué sostenerme salvo la belleza del mundo. Tu imaginación de la infancia ha quedado sostenida en el tiempo en una calle de Madrid.No tengo nada con qué sostenerme salvo la belleza del mundo.
Así es. Si vas a la zona de Ciudad Lineal en Madrid, y paseas por la calle Albarracín, podrás ver esa frase mía escrita en el asfalto de mi ciudad. Como cuando de pequeña escribía mi nombre en la acera o en las paredes de mi barrio pero ahora con pintura de la que tarda más en borrarse. Tuve la suerte de que fuese seleccionada en el proyecto Versos al paso puesto en marcha por el Ayuntamiento de Madrid y el colectivo artístico Boa Mistura para llenar la ciudad de poesía. Y verla escrita me curó un poco la nostalgia que siento estando lejos de mi gente.
Esta frase también la incluí en la pieza teatral que he escrito, homenaje al poeta palmero Félix Francisco Casanova, que se estrenará dentro de poco así que, de alguna manera, me parece una forma bastante poética de unir dos de los lugares que más amo: Madrid y La Palma que son, además, dos de los sitios en los que me he sentido más vulnerable, y al mismo tiempo más fuerte, para afrontar el acto de escribir.
Desde siempre me gustó mucho leer y escribir historias. También las contaba en voz alta en el colegio. Y me gustaba mucho cantar y bailar. Fui una niña inquieta y muy sociable, que además disfrutaba mucho jugando sola; inventando mundos. Me encantaba poner voces a los muñecos, construir ciudades en la habitación con piezas de lego y resolver misterios inventados por mí misma gracias a la agencia de detectives que mi hermana mayor y yo regentábamos.
-El colegio suele ser un recuerdo que nos marca mucho en la vida, el tuyo fue un encuentro con los libros, la espontaneidad.
En el colegio sacaba muy buenas notas aunque, la verdad, me aburría muchísimo en clase. Me encantaba adornar los cuadernos de todas las asignaturas con dibujos y letras de colores, también pintar en las mesas, jugar al fútbol y al voleibol en el patio. Recuerdo con mucha alegría cuando me presenté a un concurso de relatos del cole y lo gané. El premio fue un lote de libros de la colección Elige tu propia aventura. Todavía recuerdo sus portadas rojas brillantes y la emoción de leerlos maravillada porque esos libros estaban vivos: me hacían preguntas directamente a mí, desde sus páginas, y yo tenía el poder de elegir adónde quería ir. Me contaban, de alguna manera, que no todo estaba escrito.
-Y eligiendo, eligiendo, aparece La Palma en tu horizonte, la islita como tú la sueles llamar, o más bien amar.la islita
-Llegué a La Palma a finales del año 2015 para terminar un libro de poemas, que finalmente he terminado hace unos meses, aunque ya no es un libro de poemas. Es un manuscrito que he llamado Domesticar la noche y que mezcla varios géneros literarios. En él me he atrevido (al menos algunas veces) a abandonarme a mi propio abismo y a contemplar la herida que cargo. Yo creo que eso solo ha sido posible por haberlo terminado aquí en La Palma. Cuando me ponía a escribir tenía el extraño impulso de querer transitar mis mayores sombras porque sentía que al otro lado del cuerpo me arropaba esta tierra volcánica. Y así ha sido. No sólo la belleza de este paisaje, para mí hipnótico, sino también la gente con la que me he encontrado aquí, en mi islita. Personas de La Palma, y también llegadas de otros lugares, con las que me siento muy querida y en familia.
-La Palma, por su historia, se ha caracterizado por ser un lugar que ha tenido que reinventarse, y lo sigue haciendo, a través de diferentes culturas. Eso nos ha marcado y sigue siendo el aliciente para crear y construir. Creemos mucho en la actividad cultural.
-Siento que desde que llegué hace tres años y medio hasta ahora la actividad cultural de la isla ha incrementado considerablemente, cosa que me hace muy feliz. En todo este tiempo se ha vivido una especie de explosión de actividades culturales, eventos, festivales… pero creo que siguen faltando propuestas menos complacientes y más combativas. Salvo en contados municipios, sigo echando de menos proyectos que creen espacios de sincero diálogo con la gente, también propuestas concretas que den voz e interpelen directamente a las personas mayores de la Isla, a la juventud, al colectivo Lgtbi+…, actividades y eventos que entiendan la cultura como un lugar de todos y de todas en el que queremos participar porque sabemos que no vamos a salir indemnes sino que, gracias a la reflexión y a la autocrítica, va a ser posible también nuestra transformación.
-Como nos cuentas, llegaste para escribir un libro de poemas que ya no es, y que ya está terminado. No queremos que nos digas que te irás en algún momento, sino que nos hables de tus proyectos que están a punto de salir y otros que vendrán a lo largo de este año, y que tienen ya una relevancia de la esencia palmera que creemos llevas dentro ya.
-Tengo proyectos preciosos en el horno relacionados con la escritura y las mujeres artistas y también con la historia de La Palma, que saldrán dentro de poco. Pero lo que ahora mismo me tiene absolutamente emocionada (y nerviosa) es el proyecto teatral Eres un buen momento para morirme, homenaje al inmenso poeta palmero Félix Francisco Casanova. He tenido la gran suerte de crear la dramaturgia de esta obra y ha sido un proceso de escritura realmente intenso, al que casi diría que estoy sorprendida de haber sobrevivido. La propuesta me llegó el año pasado de manera inesperada desde Dadá y Cía, quien se está encargando del montaje de la obra, y la verdad es que al principio sentí tanta responsabilidad y tanto miedo que dudé de si iba a ser capaz de sacarlo adelante. Pero bueno, después ya no pensé mucho más y me lancé a escribirlo lo más honestamente que pude, desde el filo de la noche y con los pies dentro del barro. Terminarlo fue para mí una batalla salvaje conmigo misma. Ahora el texto ya no me pertenece y es un bosque gigante que ha crecido y que va tomando hermosas formas en los ensayos de cara al estreno. Estamos con muchas ganas de poder mostrar esta pieza teatral al público de La Palma. Y será por fin el próximo jueves 28 de febrero, a las 20:30 horas, en el maravilloso Teatro Circo de Marte.
-Es un placer conversar contigo y poder descubrirte un poquito más. Sin preguntas que te obliguen a dar una respuesta concreta, ni respuestas que alienten a más preguntas. Gracias.
Gracias a ti por tu generosidad.
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