El Museo Insular muestra sus estrellas del arte
La Consejería de Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de La Palma continúa desarrollando “el programa destinado a dar a conocer el valioso material que guarda el Museo Insular del antiguo Convento de San Francisco a través de la iniciativa Estrellas del Museo Insular”, informa la primera Corporación en un comunicado.
La consejera insular del Área, María Victoria Hernández, señala que “con este proyecto se pretende, a través de la exposición monográfica, dar a conocer de una manera conjunta las obras de distintos autores, poniéndolas en valor y acercándolas a toda la ciudadanía”.
Tras la exposición sobre Gregorio Toledo, ahora le llega el turno al pintor palmero Juan Bautista Fierro Vandewalle, acuarelista histórico y costumbrita, de quien se expondrán la totalidad de obras que posee el Cabildo de La Palma, compuestas por ocho obras, en algunos casos inéditas para el público.
En ese sentido, María Victoria Hernández destaca que la pintura en La Palma durante la segunda mitad del siglo XIX se caracterizó por la presencia de buenos maestros como Manuel González Méndez (1843-1909), cuya obra descolló en el París de entre siglos, junto a la de otros pinceles de carácter aficionado. Entre estos últimos, uno de los artistas más conocidos es Juan Bautista Fierro Vandewalle (1841-1930).
Nacido en Santa Cruz de La Palma en el seno de una acomodada familia, Fierro fue un auténtico referente del panorama local. Diputado provincial, vicepresidente de la Diputación de Canarias o líder insular del Partido Liberal fueron algunos de los cargos que desempeñó en la función pública y ciudadana. Pero, en especial, en su presidencia en la Real Sociedad Cosmológica fue donde se distinguió como un mecenas y promotor de la cultura, legando a la institución científica una enjundiosa colección bibliográfica y de manuscritos.
Otra muestra de este interés por los temas públicos fue su dedicación a la pintura. Cuando la fotografía aún se estaba asentando en la geografía insular, Juan B. Fierro trató de plasmar en sus sencillas acuarelas algunos de los principales acontecimientos, fiestas o matices de la sociedad de su tiempo y que el arte de la cámara oscura aún se demoraría en reflejar.
En este sentido son de destacar la vista del puerto de la capital insular (1876), la llegada del cable telegráfico (1883) o varios paisajes urbanos y rurales (1884-1885). De igual modo, Fierro esbozó la indumentaria tradicional de las diferentes jurisdicciones de La Palma, que han sido una de las imágenes más difundidas de su obra.
En este ámbito, conviene subrayar que entre estas estampas costumbristas dejó dos imágenes representando el retorno de indianos. Llegados de Cuba y otros puntos de América, tras una humilde partida, muchos indianos volvían a su tierra de origen haciendo gala de su fortuna y presumiendo de una riqueza a veces incierta. Durante años, un extracto de una de estas obras ha sido la imagen representativa y promocional de la Fiesta de Los Indianos.