Espacio de opinión de La Palma Ahora
Con mi corazón en la mano, con el corazón en tus manos
Hace cinco años. Hoy hace cinco años que la vida clavó sus dientes en mi corazón hiriéndolo para siempre. Hoy hace cinco años de uno de los más tristes días que recuerdo.
Siempre he sido feliz, muy feliz, pues la felicidad es necesario llevarla dentro; que sea tuya y dependa solamente de ti; y de pronto, no la encontraba, quizá se había escondido en algún recóndito lugar de mi ser.
Poco después, volví a La Palma.
¡Cuántas veces he oído decir a un palmero: “La gente aquí es muy mala! Nunca podré entender ese rencor ponzoñoso en una ciudad tan bonita, peculiar, amable, cariñosa y cercana.
En los lugares pequeños, el roce continuo genera pequeños conflictos e incluso envidias, pero no más que en el seno de una familia o en el entorno laboral. En el fondo, el amor siempre supera esas barreras y esas mismas personas, estarán a tu lado si las necesitas. Yo pude comprobarlo.
La razón de que comparta estos pensamientos con ustedes aquí, de una forma tan pública, teniendo en cuenta que no tengo por costumbre hablar de sentimientos ni siquiera en privado, es que quiero recordarles lo importante que es el entorno, el cariño y la amistad. Quiero recordarles que un pueblo mueve montañas y logra objetivos si trabaja codo con codo, mano a mano y sin permitir que esas pequeñeces rompan la armonía.
La Palma fue para mí, el bálsamo que necesitaba en aquel momento y sus gentes fueron la leña en mi hogar, el cálido fuego que necesitaba para alejar el terrible frío que se había apoderado de mi alma. Y lo supe unos meses más tarde, lo supe el día que tuve que irme para continuar con mi vida.
Y ese día quise agradecerlo pero no sabía cómo.
Al llegar a mi destino, casi sin pensarlo, escribí lo que sentía en un papel y supe que tenía que compartirlo. Lo mandé a un periódico muy leído en La Palma y se publicó en Cartas al Director. Hoy La Palma Ahora y la tecnología me ayudarán a repetir las palabras que quise dedicarle entonces a mi isla y a mi gente, y que por este medio llegarán más lejos, a más personas.
Hoy que vuelvo a recordar la tristeza de aquél día de hace cinco años, hoy que estoy de nuevo en La Palma rodeada de calor, hoy les hago llegar de nuevo mi agradecimiento por el regalo tan hermoso que me hicieron.
A la isla corazón
Hace tan solo unos meses llegué a La Palma con el corazón roto.
¡Volver a casa!, pensaba.
Necesitaba el calor de mis hermanos, las comidas de mamá, el amor de mis sobrinos.
Y así fue, estaba en casa; y aún no lo sabía.
Salí a la Calle Real y, una vez más, sentí que era la calle más larga del mundo.
Sí, puede que La Palma sea un pueblo, pero es un pueblo todo corazón; amigos, y no tan amigos, me arroparon en mi dolor con un cariño enorme.
¡Había vuelto a casa!
Así es mi casa, ¡un pequeño pueblo, un gran corazón!
(Texto publicado en el Diario de Avisos el 24/10/2009)
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