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Decreto agrícola

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El decreto agrícola es una iniciativa del Gobierno de Canarias para la restauración de los cultivos de plátano y otros que fueron afectados por la erupción del volcán CV-2021. El objetivo es lograr un equilibrio y reparto justo para los propietarios que perdieron sus fincas durante la erupción, a través de una compensación adecuada. Tragsa es el encargado de preparar el estudio de viabilidad y el borrador del decreto. 

¿Qué se ha presentado hasta ahora?

Lo que ha trascendido a los propietarios y se ha publicado en prensa, ya que no se ha facilitado aun el borrador del decreto agrícola, es un estudio de viabilidad para la reposición de los cultivos de platanera, y otros, afectados por la erupción del volcán CV-2021. La idea a tener en cuenta es el principio básico de compensación para lograr un equilibrio entre las fincas de procedencia y las nuevas parcelas que se asignarán a los propietarios. Recibiendo una compensación justa y sin que exista un enriquecimiento injusto. 

¿Qué se pretende?

Una concentración parcelaria para la cual es necesario un acuerdo de reparcelación en base al proyecto, borrador que aún no ha sido presentado. Según declaraciones de la Consejería de Agricultura durante el mes de febrero se presentaría a los afectados. Toda la superficie que antes del 19 de septiembre de 2021 estaba dedicada al cultivo agrícola va a ser recuperada en una nueva zona sobre la colada destinada a dicho fin. Para lo que habrá que tener en cuenta el área y perímetros de las fincas destruidas por el volcán, tener una relación actualizada de los propietarios, conocer la situación jurídica de las parcelas, su valor antes de la erupción, el tipo de cultivo, etc. 

¿Cómo?

Los propietarios de las fincas agrícolas sepultadas bajo la colada deberán permutar su finca con las nuevas parcelas que el Estado preparará al abancalar y sorribar el terreno destinado a la concentración parcelaria. Las permutas estarán afectadas por un coeficiente, o coeficientes, corrector que tenga en cuenta entre otras cosas: tipo de cultivo, altura de la parcela sobre el nivel del mar, valor de la propiedad, superficie, estado de la explotación, etc. antes de la erupción.

Cada propietario recibirá una parcela terminada para su explotación por su parte. No se trata de una “única finca” de uso comunal. 

¿Dónde?

El terreno que se dedicará a la concentración parcelaria va desde, aproximadamente, unos centenares de metros por encima de la carretera La Laguna-Las Norias hasta casi el cantil del acantilado; entre las planificadas zonas urbanas de La Laguna – La Asomada y Las Norias – La Majada; y desde San Isidro, en Tazacorte, hasta las coladas del San Juan en Las Norias. Quedaría protegida las coladas que se encuentran en la primera fajana, el terreno ganado al mar, y el borde del acantilado. Tanto la carretera “de la costa” como la “del Cabildo” atravesarían la concentración parcelaria.

En los planos avanzados por la consejería se pueden ver las parcelas con sus calles o carreteras previstas según pendiente del terreno y posibilidades de abancalar. En total, se ha propuesto la restitución de 285 “huertas”, repartidas en siete zonas:

Zona 1. Situada entre las montañas de La Laguna y Todoque, por debajo de la restitución del camino de San Isidro.

Zona 2. Situada entre las montañas de La Laguna y Todoque, por debajo de la restitución de la carretera LP-2132 (superficie 223.951 metros cuadrados)

Zona 3. Situada entre las montañas de La Laguna y Todoque, entre las restituciones de las carreteras LP-213 y LP 2132. (762.654 metros cuadrados)

Zona 4. Situada por encima de la restitución de la carretera LP-213. (744.338 metros cuadrados)

Zona 5. Situada al sur de la montaña de Todoque, entre la restitución de las carreteras LP-213 y LP-2132. (510.910 metros cuadrados)

Zona 6. Situada al sur, entre las restituciones de las carreteras LP-213 y LP-2132 (278.597 metros cuadrados)

Zona 7. Situada debajo del acantilado (lo ocupado de Las Hoyas por la colada, no se refiere a la nueva fajana que quedaría protegida) 

La sorriba.

De dónde extraer el volumen de tierra que se requiere para la sorriba es, quizás, lo más complicado de decidir. Hay emplazamientos en la isla que permiten una extracción de tierra adecuada con el planeamiento vigente, no habría que modificar la legislación, y tendría una afección medioambiental aceptable y mínima. En este aspecto está implicada la Universidad de La Laguna con su departamento de edafología para obtener y analizar muestras de tierra adecuadas.

Para tener una idea de la cantidad de tierra necesaria tienen que tener en cuenta que sobre el terreno aplanado y abancalado habría que colocar entre 70 cm y un metro de tierra. Dada la superficie a cubrir, esta cantidad de tierra dejaría un “hueco”, en donde se extraiga, similar al de la Laguna de Barlovento. Es una obra asumible y no complicada de realizar. Recordemos que ya se hizo en los años 50 del siglo pasado para la sorriba de Las Hoyas, los terrenos ganados al mar por el volcán de San Juan. En aquel entonces se extrajo casi toda la tierra de El Paso, de las inmediaciones de la Virgen de El Pino. En esta nueva extracción de tierra el terreno “vaciado” podría ser rellenado con parte de la arena y cascajos retirados de los terrenos afectados por el volcán.

Lo que posiblemente esté ya descartado es traer la tierra desde África, ya que podrían introducirse distintas especies vegetales o animales que invadirían el ecosistema insular causando presumiblemente diversos problemas a la fauna y vegetación local; a la vez que podría llegar en la tierra bacterias y hongos inexistentes en la isla. 

El regadío

La Consejería trabaja en una propuesta de restitución del regadío. Las parcelas abancaladas tendrán un sistema de riego nuevo que permitirá el riego automatizado, ya sea por aspersión o por goteo. Al estar planificado y ejecutado a la vez implicará ahorro de agua, mejoras en el tiempo de riego y facilitaría su mantenimiento. Parte de la obra de llevar el agua a la zona se está ejecutando y se espera que en los próximos meses los tubos de agua de 60 lleguen a las Hoyas y Las Manchas. 

¿Lo problemas?

Si el reparto se hace con coeficientes adecuados y se compensa a los propietarios de fincas, el resultado de la concentración parcelaria con lo que conlleva de mejora de espacios, carreteras, regadíos, equipamientos, etc. hará que la zona agrícola mejore sobre la situación preexistente de manera notable.

El problema es el “tiempo” y “los dineros”. No es lo mismo hacer la concentración parcelaria en dos años, a partir de febrero de 2023, que hacerlo en 20 años. Recordemos que la sorriba del San Juan, en las Hoyas, se efectuó en unos diez años con los medios de los años cincuenta del siglo pasado que básicamente eran pico, pala, barrenos y espuertas. Luego vendría la sorriba del Valle de los años 60 y 70 con los dineros venezolanos. Con los medios actuales, mecánicos y de personal, y solo recurriendo a contratistas locales, la obra entera puede hacerse en dos años. El ejemplo lo tenemos en la obra que se está haciendo de recuperación de carreteras y caminos, así como los abancalados que ya se realizan en la zona sur de la colada que se han hecho en varios meses. 

El dinero, la inversión, no debe ser un problema, ya que existe financiación destinada a recuperar la isla. Si ustedes hacen un cálculo somero sobre lo que costaría la sorriba es significativamente menor al coste de algunas obras que se plantean ejecutar en otras islas o la península.

En el fondo es un problema de voluntad política de decidir hacerlo y disponer los medios para ejecutarlo en el menor tiempo posible.

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