Si me ven reír…
Si me ven reír, sonreír o llorar no prejuzguen que algo me divierte, me hace feliz o me duele. A veces me río si algo me asombra y no hay palabras para expresarlo, como cuando llevo a unos amigos al mirador de Tacande y vemos encima de nuestras narices la sobrecogedora mole del Tajogaite. La sonrisa expresa una profunda complacencia, una cierta felicidad ante algo, incluso una cierta sensación de realización personal, pero jamás nadie ha visto sonreír a Bob Dylan, ejemplo de carrera artística exitosa. A mí que los ricos no quieran pagar impuestos y los pobres no puedan, con lo cual siempre los vamos a pagar los mismos, me parece un chiste de mal gusto, pero tiene cierta gracia, como cuando alguien resbala en una piel de plátano y no puedes evitar reírte por mucha pena que te dé el leñazo. Cuando me hablan de rebajas de la gasolina yo no puedo evitar reírme, como cuando los damnificados piden al Pevolca los informes del volcán y les responden que ciertos datos sí, pero no las opiniones, o cuando el Defensor del Pueblo se muestra equidistante entre la Admón y los damnificados, son cosas que me parecen graciosas, será que soy español, con perdón, y heredé de mis sufridos antepasados un sentido del humor negro oscuro. En fin, que tengan un Feliz Año, es broma. No soy tan cínico.
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