El Paso concederá a título póstumo la Medalla de Oro de la Ciudad a Antonio Capote Alarcón
El pleno del Ayuntamiento de El Paso aprobó por unanimidad conceder la Medalla de Oro de la Ciudad de El Paso a Antonio Capote Pozuelo, y denominar al espacio de ocio y jardín El Paredón, del que fuera artífice, Espacio de Ocio y Jardín el Paredón Antonio Capote Pozuelo, se indica una nota de prensa del Consistorio. Al efecto, se procederá a la colocación de una placa. Los actos se celebrarán el 7 de agosto, a las 20:00 horas, en la Casa de la cultura Braulio Martín y, posteriormente, en el propio jardín.
Este ilustre vecino de El Paso, se añade en la nota, nació el 3 de diciembre de 1939 en Santa Cruz de Tenerife, y falleció en El Paso, donde se localizan todos sus antecedentes familiares, el 8 de agosto de 2012. Su infancia transcurrió entre la capital tinerfeña, donde desarrolló una temprana afición por la plástica y el verde de los pinares de Cumbre Nueva, entre el bullicio de la ciudad grande y el recogimiento de “su verdadero pueblo”, entre caminos que unen los dos mundos insulares.
Tras los estudios primarios y secundarios en las Escuelas Pías, descubrió los valores del arte religioso y el extraordinario tesoro de la pintura y la escultura flamencas en La Palma. En ese periodo se inició en el aprendizaje y práctica del canto coral, mantuvo la vigencia de la música polifónica tanto a nivel docente como en agrupaciones adultas de notable presencia en el Archipiélago. Ingresó en la Escuela de Aparejadores de La Laguna y, después, con vocación adulta, en el Seminario Diocesano de La Laguna. Ambas etapas precedieron a su verdadera vocación por las Bellas Artes que le llevaron a la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife. Posteriormente completó su formación y se licenció en la Academia de San Fernando de Madrid, en la que coincidió con los notables profesores canarios José Aguiar, el muralista gomero, y Gregorio Toledo, el insigne retratista nacido en Mazo. Se especializó en restauración y conservación y compaginó el trabajo en su taller particular con la docencia en el Instituto de Enseñanza Secundaria Eusebio Barreto, de Los Llanos de Aridane, donde discurrió toda su vida laboral.
Fue concejal del Ayuntamiento de El Paso, responsable del Departamento de Cultura y desarrolló una labor de consolidación y mejora del patrimonio histórico, y en la difusión del calendario festivo local, que tiene un importante capítulo en las ornamentaciones callejeras y de modo especial en los espectaculares arcos del Sagrado Corazón y en los adornos con aperos campesinos, textiles y frutos de la tierra que enraman el recorrido de la gran Romería del Pino. Durante el tiempo que ocupó la concejalía diseñó y dirigió la construcción de las zonas ajardinadas y los espacios de ocio de El Paredón y La Era y el Paseo de Las Buganvillas. Posteriormente diseñó el jardín de Manuel de las Paredes y colaboró en el diseño del edificio de Información Turística.
Su obra pública más importante y conocida fue la escultura denominada El Árbol de la Graja que, con su diseño, ejecutó Pereda de Castro. Está ubicada en la salida occidental del Túnel de la Cumbre, que atraviesa la Cumbre Nueva y une las dos bandas insulares.