Luna de pasión
Miro la Luna brillando
con un halo de tristeza
que no empaña la belleza
del Atlántico rielando.
A Jesús veo rezando,
que al cielo pide perdón
implorando una oración,
en el huerto milenario
a la espera del calvario
de su cruel crucifixión.
Jócamo, 10.IV.2023
NOTA: Probablemente no sea el único. A los educados bajo los preceptos del cristianismo, contemplar la Luna llena durante la Semana Santa, nos transporta a las imágenes que guardamos de los cuadros religiosos de la infancia. Cuadros modestos, pagados a plazos, que se compraban a vendedores ambulantes, con escenas propias de la pasión de Cristo: la última cena, la oración en el huerto, la crucifixión en el monte de Los Olivos, la resurrección, etc. Estampas que pasaban a decorar las modestas estancias del mundo rural de la posguerra.
Cambian los tiempos y los decorados y con ellos las prácticas, costumbres y hasta las creencias. Ahora en vez del trágico sonido de la matraca en las iglesias vacías, se oye el machacón ritmo del reguetón en las abarrotadas playas. No resulta fácil buscar y encontrar la certidumbre cultural equilibrada de la paz espiritual.
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