'Temblores' en Puerto Naos: no nos dicen toda la verdad

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Lo que está sucediendo en Puerto Naos, fundamentalmente desde que el volcán Tajogaite se apagó, está creando muchos temblores. Y no me refiero a ningún dato alarmante de sismicidad. Son temblores que afectan sobre todo a la ciudadanía más directamente vinculada con Puerto Naos, como residentes o personas con negocios; pero en general, a toda esa ciudadanía que este verano no puede disfrutar de la playa y el ambiente del principal destino turístico de La Palma. Pero estos temblores a quien más les deben preocupar son a las administraciones del Cabildo de La Palma y Los Llanos de Aridane. Porque aquí quiero usar metafóricamente el término ‘temblores’, sin olvidar que también existe el temblor como enfermedad.

Los temblores que, en mayor o menor grado, pueden afectar a la ciudadanía, son causados por la ansiedad, la angustia y los nervios, ora por no poder habitar su casa o su vivienda de vacaciones, ora porque están perdiendo constantemente ingresos debido a que sus negocios se hayan cerrados ya casi once meses. Pero los temblores que ‘sufren’ las administraciones, más ocultos, disimulados o enmascarados por un halo de hipocresía, son de tipo distónico.

El temblor distónico afecta a personas con distonía, enfermedad real, que produce un trastorno del movimiento que causa contracciones musculares involuntarias, lo que produce movimientos retorcidos y repetitivos, y que pude afectar a cualquier músculo del cuerpo. Pero la distonía que tienen el presidente del Cabildo, Mariano Zapata, o la alcaldesa de Los Llanos de Aridane, Noelia Leal, o muchos otros consejeros del Cabildo, y seguramente, algún miembro del Gobierno canario, como el Sr. Valbuena, es debido al pavor y al miedo que tienen por si permitieran acceder a la zona de Puerto Naos y La Bombilla. Ese temor se convierte en prohibición, y lo trasladan a la ciudadanía, lo que les lleva a cerrar el acceso, desde hace ya casi once meses, aún contraviniendo principios y derechos fundamentales de las personas. Pueden parecer así que están más serenos y tranquilos, porque evitan situaciones ‘graves de salud’. Pero realmente es falso, porque saben perfectamente que no existen criterios objetivos de salud que impidan que Puerto Naos y La Bombilla tengan una vida normal.

Estos señores y señoras que nos gobiernan, o desgobiernan, saben perfectamente que si en alguna parte de la población existiera la firme decisión de demandarlos, sin duda la ciudadanía ganaría la demanda. Solo basta recordar cómo el Constitucional declaró ilegal la declaración del estado de alarma y todas las multas impuestas a los que se saltaron el confinamiento. De hecho, la segunda sentencia abría la posibilidad a que las personas pudiesen acudir a la vía legal para reclamar los daños y perjuicios que les hubieran podido ocasionar las medidas restrictivas de derechos fundamentales por parte de los órganos de gobierno de las Comunidades Autónomas en el famoso conocido sistema de ‘cogobernanza’.

El volcán en La Palma ha cambiado mucho la vida, fundamentalmente del Valle de Aridane. Y sin duda, bastante más a aquellos que perdieron patrimonio, hogar, raíces e identidad. Y ochos meses después de apagado Tajogaite, sigue y seguirá sin haber normalidad en el Valle de Aridane, para una inmensa parte de la población. Lo más grave de esto es que las autoridades, desde la Presidencia del Gobierno de España, Gobierno Canario, Cabildo de La Palma y ayuntamiento de Los Llanos de Aridane, saben perfectamente que desde el minuto cero (que no es el 19 de septiembre de 2021) hasta hoy en día, hay muchísimas lagunas en la gestión de la emergencia como en la recuperación. Un refrán español anónimo dice: ‘Pedir perdón es de inteligentes, perdonar es de nobles y perdonarse es de sabios’. Esto, en conclusión, viene a decir que nunca se ha oído a las administraciones pedir perdón o hacer autocrítica por los errores que han cometido y siguen cometiendo. Siempre hablan de logros, de millones, de viviendas. Y de que no ha habido ningún muerto. ¿En serio? Julio fue encontrado, según he oído, sentado en la cocina de su vivienda al ir solo a retirar cenizas en Las Manchas, y a fecha de hoy nadie ha explicado por qué murió. Y en esto casi once meses después, han fallecido muchas personas, con relación a la crisis del volcán. Y otras muchas viven aún en un estado penoso de salud mental. Y a nadie en las administraciones les he oído ni una sola autocrítica o reflexión sobre esto.

Hay temblores en Puerto Naos que alcanzan a las administraciones públicas, y que serán mucho más fuertes cuando se desenmascaren todo ese halo de mala e interesada gestión en los ‘gases’ de Puerto Naos. Esto lo explicaré en otro artículo con más detalle. Pero ahora no estaría mal recordar algunas declaraciones. En este sentido, quiero respaldar el artículo que el médico palmero D.  Aldo González Brito publicó (‘Los gases, la mala gestión política y el futuro incierto de Puerto Naos’).

El problema de los gases en Puerto Naos no es tal, pues es un problema de un solo gas, el dióxido de carbono, CO2, que no se usa como indicador de la calidad del aire ni es letal. La información y comunicación científica de las mediciones es nefasta y sesgada científicamente, e incluso actualmente no está actualizada. La información que deberían dar es el volumen de oxígeno que hay en el aire, cuyo factor mínimo limitante es del 19,5% (en condiciones normales hay un 21%). Nunca dan este dato, y cuando lo hacen, nunca justifican el mismo. Por ejemplo, dos días después del artículo del Dr. González Brito, un comunicado penoso de Involcan (sin que lo firmara ningún nombre propio) se atrevía a decir que se ‘ha llegado a registrar en algún punto en concreto de la zona valores de 13-14% de oxígeno. La ciencia, cuando quiere, es interesada y parcial. Por ejemplo, si yo digo que el aire que expiramos, al salir por nuestra boca y/o nariz, que es aproximadamente 11.000 litros diarios, contiene un 5,5% de CO2 (55.000 ppm) y 15% de O2. Un ambiente con este aire sería incompatible con la vida, y sin embargo es aire que expiramos.

Todo esto, a nivel científico, lo explicaré en otro artículo. Pero, sin duda, ha habido temblores en Puerto Naos y aún tendremos más temblores. Esta vez, los temblores serán más evidentes en el seno de las administraciones. Los temblores persistentes, en forma de enjambre, fueron los preludios evidentes del inicio de la erupción del volcán Tajogaite. Los ‘otros temblores’ nos darán indicios de que la nueva erupción sacará a la superficie toda esa hipocresía y autocomplacencia de las administraciones por la gestión de la crisis y el postvolcán.

*Francisco José Rodríguez Pulido es profesor jubilado, licenciado en Ciencias Químicas y Pedagogía

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