Reconocimiento al hombre que “enseñó a amar La Palma”
Un homenaje merecido a un hombre sabio y sencillo, un hijo ilustre de Santa Cruz de La Palma que enseñó a amar el valioso patrimonio natural, etnográfico y cultural de la Isla. Antonio Manuel Díaz Rodríguez ha sido recordado este sábado, 14 de octubre, día en que hubiese cumplido 88 años, con un acto entrañable en el que se descubrió una placa conmemorativa en la fachada de su casa natal, en el número 31 de la Calle O’Daly de la capital. El reconocimiento a su figura, impulsado por la Sociedad La Investigadora, la Sociedad de Estudios Generales de La Palma –de las que formó parte- y el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma, congregó a un nutrido grupo de familiares, amigos y cargos públicos. La Asociación Española del Perro Pastor Garafiano, raza que contribuyó a recuperar, también estuvo presente con dos ejemplares.
Fernando Leopold, presidente de la Sociedad La Investigadora, destacó la intensa y fructífera labor desarrollada por Antonio Manuel Díaz Rodríguez y recordó que “implicaba a la gente en su manera de ver La Palma, todos los que le conocimos quisimos más la Isla gracias a él; este es un homenaje muy merecido”, aseguró.
Nayra y Gara Lorenzo Díaz, nietas del homenajeado, expresaron su agradecimiento a los impulsores del reconocimiento. “Antonio Manuel no era muy amigo de personalismos, así que creemos sinceramente que la sencillez de este acto le hubiera agradado y, sobre todo, la presencia de un par de testigos de lo que fue parte de su trabajo, los pastores garafianos”, señaló Nayra Lorenzo Díaz. “Tuvo la oportunidad de participar en múltiples iniciativas, en algunas de las cuales fue el promotor y en otras tomó parte”. En este sentido citó “la recuperación y fomento de numerosas razas ganaderas y autóctonas (no solo de La Palma sino de otras islas canarias), su faceta de enseñante, el valor que le daba a la memoria popular colectiva, la recuperación de la memoria histórica y, sobre todo, su profundo amor y admiración por el patrimonio natural, etnográfico y cultural de La Palma, que tuvo la suerte de disfrutar y difundir a lo largo de muchas caminatas y conversaciones que tuvo con numerosas personas a lo largo de toda La Palma”, subrayó.“Nos parece importante recordar hoy aquí que todo esto fue capaz de hacerlo gracias al apoyo de su familia, que siempre estuvo ahí como baluarte”, añadió, y resaltó que “fue una persona, como tantas otras de su familia y de su época, que le tocó vivir acontecimientos históricos bastante complicados y que le marcaron de por vida, fue una persona especialmente influenciada por una serie de valores que le transmitieron en su infancia y su adolescencia”. “Estuvo marcado por el librepensamiento, que pudo respirar en sus primeros años de vida, y eso hizo que demostrara una profunda admiración y respeto por la recuperación de la memoria histórica y reciente de La Palma”, recordó.
Nacido en Santa Cruz de La Palma en 1929 y fallecido en 2011, Antonio Manuel Díaz Rodríguez estuvo durante toda su vida vinculado a numerosas actividades de carácter social y cultural. Profesionalmente ejerció como profesor de Tecnología Administrativa y Comercial en el Instituto de Formación Profesional Virgen de Las Nieves. También tuvo responsabilidades políticas, como consejero del Cabildo de La Palma y concejal del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma entre 1979 y 1983, durante el primer mandato democrático.
Por su afición y vasto conocimiento de la naturaleza de La Palma, fue fundador y presidente de la Asociación Junonia Mayor de Amigos de la Naturaleza, de la Asociación Española del Perro Pastor Garafiano y miembro del Patronato de Espacios Naturales de La Palma.
Defensor tenaz de la protección de las razas autóctonas de La Palma, sobre todo del perro pastor garafiano, logró para esta raza de origen prehispánico su reconocimiento formal por parte de la Real Sociedad Canina de España.
Su incansable defensa y continuada labor en la recuperación y conservación de los genotipos de la ganadería canaria de las razas autóctonas de la Isla, fue premiada en 2003 con una distinción honorífica por la Consejería de Agricultura, Pesca y Alimentación del Gobierno de Canarias. Igualmente, en el mismo año fue nombrado Distinguido de la Isla por la Universidad Ambiental de La Palma.
Cónsul ad-honorem de la República de Venezuela en La Palma, desde 1959 hasta 2008, le fueron concebidas las condecoraciones venezolanas Francisco de Miranda (1975) y Andrés Bello (1980). En 2009 el Ayuntamiento de Garafía entregó la Medalla de Oro del municipio.
Su nieta Nayra Lorenzo Díaz concluyó su intervención con la esperanza de que “el trabajo al que él contribuyó no caiga en saco roto y que no perdamos la capacidad de tener una actitud crítica y constructiva sobre cómo queremos que siga siendo La Palma ahora y en el futuro, para las próximas generaciones”. “Voy a terminar con una frase que leí una vez y que me parece muy oportuna para este momento: 'El futuro lo construimos con las decisiones que tomamos en el presente”.