Un estudio confirma casos de canibalismo en lagartos tizones de La Palma

Un 'barbolo' comiendo un ejemplar juvenil de lagarto.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

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Un estudio realizado por los biólogos Rafael García Becerra y Félix Medina ha confirmado casos de canibalismo en lagartos tizones (Gallotia galloti) de La Palma, un comportamiento que, creen, “podría estar relacionado tanto con una elevada densidad de población como con una disminución de los recursos tróficos”. Consideran “necesario que se realicen estudios detallados de la dieta de los lagartos en Canarias con el fin de determinar la importancia del canibalismo y otros comportamientos alimentarios inusuales en la dinámica de sus poblaciones”. 

En el estudio, titulado Aportaciones a la ecología trófica de Gallotia galloti palmae (Boettger & Müller, 1914) en la isla de La Palma (islas Canarias), se presentan “los primeros datos de depredación intraespecífica y consumo de carroña en lagartos tizones” y se aportan notas sobre “el consumo de restos de animales muertos en las carreteras insulares, comportamiento alimentario inusual de estos reptiles”, aseguran los autores. 

“Las especies del género Gallotia son eminentemente omnívoras, incluyendo una elevada cantidad de materia vegetal en su dieta. Aunque poco documentado, en Canarias se han descrito casos de depredación tanto entre individuos de este género endémico de lagartos como sobre otros grupos de reptiles”, explican. Asimismo, añaden, “en este archipiélago, se han confirmado casos de depredación intraespecífica en diferentes taxones de lagartos, tanto en condiciones artificiales como naturales”. 

“En la isla de La Palma, a pesar de que los mentados tizones (Gallotia galloti palmae) son muy abundantes, no se tenían reseñas sobre hábitos alimenticios excepcionales como el canibalismo o la aproximación a los bordes de las carreteras para devorar los restos de otros animales accidentados. Por ello, el objetivo de este trabajo es ofrecer datos relativos sobre las primeras observaciones de campo que han permitido detectar dichas costumbres inusuales en el sustento de esta especie endémica”, subrayan Rafael García Becerra y Félix Medina. 

Detallan que “al menos en dos ocasiones distintas, el 18 de octubre de 2015 y el 23 de septiembre de 2016, se observó la depredación de un ejemplar macho adulto (barbolete) sobre un ejemplar joven (tijita). Ambos hechos tuvieron lugar en la misma localidad de Lomo Oscuro en la Villa de Mazo”. “Los avistamientos se realizaron en una finca ecológica en la cual no se utilizan venenos ni se persigue a los lagartos, permitiendo que desarrollen altas densidades de población con clara competencia por los recursos tróficos”, precisan. 

“El canibalismo en Gallotia galloti parece ser más frecuente de lo que hasta ahora se ha referenciado. Así, en una única localidad de la isla de Tenerife esta circunstancia de un adulto engullendo a ejemplares juveniles ha sido avistada en más de 40 ocasiones. Esta conducta también ha sido constatada en otros grupos de lagartos como Podarcis spp. o Leiocephalus spp. La depredación intraespecífica, aunque está poco documentada en medios naturales, ha sido señalada para una gran variedad de grupos faunísticos y parece estar relacionada con procesos de disminución de recursos tróficos, altas densidades de población, situaciones de estrés e incluso disponibilidad y comportamiento de las víctimas”, exponen. 

Por otro lado, indican, “en La Palma es frecuente descubrir lagartos en los bordes de las carreteras alimentándose de restos de animales atropellados, básicamente carcasas de mamíferos (ratas y ratones), lagartos e incluso algún invertebrado. Esta actitud carroñera ha sido descrita como rara e inusual para otras especies de lacértidos; práctica que también se ha demostrado en el caso de los lagartos gigantes de El Hierro (G. simonyi), los cuales se nutren de restos de ortópteros que han sido regurgitados por gaviotas (Larus michahellis); o de los lagartos atlánticos (G. atlantica) que lo hacen sobre restos de despojos abandonados por los guirres (Neophron percnopterus), pudiendo constituir un recurso alimentario de alta disponibilidad. Se ha verificado que los ejemplares que mueren así ejercen un efecto llamada hacia otros congéneres, de manera que es habitual encontrar siempre alrededor de un cadáver de lagarto otros muchos ejemplares muertos, lo cual podría causar un efecto negativo en sus poblaciones”. 

“Aunque los lacértidos en la isla de La Palma posean una dieta omnívora similar a la que presentan en el resto del archipiélago, no parecen rechazar ningún recurso trófico que esté disponible en el medio independientemente de su origen. A pesar de su abundancia, se considera necesario que se realicen estudios detallados de la dieta de los lagartos en Canarias, con el fin de determinar la importancia del canibalismo y otros comportamientos alimentarios inusuales en la dinámica de sus poblaciones”, concluyen.

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