Por estas fechas, las partes altas de La Palma, a más de 2.000 metros de altitud, con el inicio de la floración de los codesos, retamones y violetas, comienzan a teñirse de amarillo fulgurante y lila. Los tajinastes rosados, con su pintoresca y esbelta impronta, también contribuyen a realzar la particularidad del entorno.
En la imagen, Ángel Palomares, Nardy Ramos y Nieves Rosa Arroyo, dentro de un retamón situado cerca de la residencia del IAC en El Roque de Los Muchachos. Foto: Juan Carlos.
En la imagen, Ángel Palomares, Nardy Ramos y Nieves Rosa Arroyo, dentro de un retamón situado cerca de la residencia del IAC en El Roque de Los Muchachos. Foto: Juan Carlos.
En la imagen, violetas (Viola palmensis) en las proximidades del 'Monumento al Infinito' de César Manrique en el municipio de San Andrés y Sauces. Foto: Ángel Palomares.
En la imagen, violetas (Viola palmensis) en las proximidades del 'Monumento al Infinito' de César Manrique en el municipio de San Andrés y Sauces. Foto: Ángel Palomares.
En la imagen, Ángel Palomares explicando las diferentes especies de legunimosas que de flor blanca (retama de cumbres y tagasaste) y amarilla (retamón, gacia y codeso), en la parcela de la Mejorana, al este del pico de la Cruz. Foto; Juan Carlos.
En la imagen, Ángel Palomares explicando las diferentes especies de legunimosas que de flor blanca (retama de cumbres y tagasaste) y amarilla (retamón, gacia y codeso), en la parcela de la Mejorana, al este del pico de la Cruz. Foto; Juan Carlos.
En la imagen, tajinaste rosado en la cabecera del barranco de Los Cantos. Foto: Juan Carlos.
En la imagen, tajinaste rosado en la cabecera del barranco de Los Cantos. Foto: Juan Carlos.
Detalle de un ápice de tajinaste rosado con abejorros. Foto: Ángel Palomares.