“Cada vez que los vulcanólogos publican un estudio, los turistas huyen de La Palma despavoridos”

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Para despedir 2022, en estos tiempos convulsos para la Isla y para el resto del mundo, y sin ánimo de ofender, un poco de sátira y humor. Ramón Araújo, como cada año por estas fechas, con retranca gallega, hace un balance del ejercicio. El acontecer telúrico sigue siendo el monotema. El volcán lo dejó tocado. “Después de 72 años viviendo en La Palma, no tenía conciencia clara del dragón sobre el que caminaba”, confiesa con pavor, y vaticina que “tendremos que seguir viviendo en caliente un tiempito”. A los vulcanólogos los mira con cierta inquina. “Mantienen la isla inmaculada, pues cada vez que publican un estudio los turistas huyen despavoridos, y eso es una gran contribución a la virginidad turística de La Palma”, suelta el humorista satírico.

Después de incendios, pandemias, volcanes y bólidos, ¿qué más les espera a los habitantes de La Palma?

Bueno, el bólido me ha vuelto optimista, pensé que sólo nos faltaba que nos golpeara un meteorito y al final ha caído en el mar, así que creo que superaremos lo que nos echen. Después de todo, los países que han superado emigraciones, pestes negras, guerras, invasiones y ataques nos dan ejemplo, y nosotros también lo damos. Europa quedó destruida después de la Segunda Guerra Mundial y con la reconstrucción quedó mejor que antes de la guerra. 

La erupción finalizó hace más de un año, pero ¿cómo ve la isla, más o menos volcánica? 

Ahí le has dado, pues después de 72 años viviendo en La Palma, no tenía conciencia clara del dragón sobre el que caminaba. Ahora la isla la veo supervolcánica, cuando antes era para mí bosque, barranco, flora, monte y acantilado. Ahora es como si viviera en un parque temático vulcanológico, y después de un año las nieblas de la lluvia sobre las coladas, los gases de Puerto Naos y, sobre todo, los vulcanólogos, me lo recuerdan constantemente, no hay modo de evadirse de esta coyuntura. 

La política ha alcanzado la temperatura de la lava y tardará años en enfriarse. ¿Se puede reconstruir La Palma con estos calentamientos? 

Bueno, creo que en lo que a la política se refiere la temperatura supera con mucho a la del volcán y habría que preguntarle a Nemesio si hay algún modo de apagar ese incendio; por lo que a mí respecta, soy bastante pesimista; en cuanto al volcán, tendremos que seguir viviendo en caliente un tiempito, sobre todo después de ese sesudo estudio que afirma que debajo de nosotros hay 400 kilómetros cúbicos de lava.

Los vulcanólogos han pasado a formar parte del paisaje palmero. ¿Los considera figuras merecedoras de protección? 

Sí, creo que ya son un endemismo y como tal deberían ser una especie protegida, algo a la altura de los profetas bíblicos, como aquellas predicciones de que iba a ser como “la cuarta parte del Teneguía” y que “había un veinte por ciento de posibilidades”. Además, mantienen la isla inmaculada, pues cada vez que publican un estudio los turistas huyen despavoridos y eso es una gran contribución a la virginidad turística de La Palma; los turistas, para las otras islas a disfrutar de los atascos y el overbooking. 

La Palma tiene ya un antes y un después del volcán, o de Cristo, ¿con qué etapa se queda? 

No sé si quedarme con el discreto encanto del confinamiento, pero el progreso no sólo es construir y crear, sino reconstruir, revertir los daños y el ser humano tiene la capacidad de hacerlo, en eso consiste la fe en el progreso ilimitado y eso lo tenían los políticos que gobernaron Europa después de la Segunda Guerra mundial. 

¿Le parecen dignas las casas modulares entregadas a las personas afectadas por el volcán? Hay quien dice que son de estilo ‘bauhaus’. 

Un amigo dice que son de los productores del nuevo camping boutique de Barlovento. Llamarlas viviendas modulares me parece un eufemismo, más en este tiempo tan reacio a llamar las cosas por su nombre. Son contenedores y punto, ‘bauhaus’ pueden ser si cumplen su funcionalidad como viviendas habitables, pero, repito, son contenedores, eso es lo que son. Por favor, dignísimas autoridades, y usted también, señor Defensor del Pueblo, tengamos empatía con los que han sufrido tanto. 

¿Hay vida más allá del volcán?

Por supuesto, va a haber mucha vida más allá de este inconmensurable dolor, hace unos días me emocioné mucho viendo la canalización del agua por la fajana sur, y no te digo la emoción de cruzar por la pista de las coladas, o por la pista Fran Santana, ejemplos muy elocuentes de la capacidad de los palmeros  para sobreponerse al infortunio.

Un micro pronóstico para 2023

Mi pronóstico es que el pueblo se enjugará sus lágrimas, superará sus pérdidas y mirará adelante, como siempre ha hecho. No pretendo ser sarcástico si les deseo a todos, incluidos vulcanólogos, turistas de ‘saco la foto y si te he visto no me acuerdo’, Defensores del Pueblo -que no de la Administración-, que esta ya tiene sus propios voceros y catastrofistas apocalípticos, Feliz Año, aunque el año sé que no será igual para todos.

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